Translate

martes, 20 de agosto de 2013

A.N.C.L.A AGENCIA DE NOTICIAS CLANDESTINA

2012

Comunicación y teorias

Surgimiento y contexto de ANCLA


La Agencia de Noticias Clandestina (ANCLA) surge como una herramienta ofensiva política durante la última dictadura militar argentina. Se la considera ofensiva no sólo por sus tareas de contrainformación sino porque apuntaba a romper la misma unidad del poder con un asombroso mecanismo de información.

La agencia comenzó sus actividades en junio de 1976, pero fue gestándose desde 1975 cuando ya se preveía una embestida militar a través del golpe que lógicamente conllevaría a un feroz bloqueo informativo.

El periodista Rodolfo Walsh fue quien reunió a un grupo de militantes, profesionales de la comunicación, y puso en funcionamiento la agencia, para luego avocarse a otras tareas dentro de la organización. Estos fueron Lila Pastoriza, quien sería la responsable, Lucila Pagliai, Carlos Aznarez y Eduardo Suárez.

Si bien dependía del Departamento de Informaciones e Inteligencia de Montoneros, ANCLA funcionaba con una cierta autonomía de la organización ya que  no fue pensada como un órgano de prensa, es decir ni panfleto ni propaganda. Para estos fines la organización contaba con publicaciones específicas como “Evita Montonera” y “El Montonero” que trabajaban de manera explicita como línea comunicativa del movimiento. La agencia mas bien “daba batalla en el terreno de las apariencias”(1).

Los fundamentos que dieron origen a ANCLA, eran incorporar la participación popular en el proceso de generación y circulación de información, funcionar como una herramienta de contrainformacion y ser un instrumento de acción psicológica contra el poder económico y militar.

Esta diferenciación entre la agencia y los instrumentos de prensa se lograba despegando a ANCLA de la organización. Para mantener difusa su identidad política se utilizó una sigla que generó confusiones y un plan de trabajo profesional que cuidaba la redacción de los cables y la identidad de las fuentes.

ANCLA no fue una experiencia comunicacional aislada, ni para Latinoamérica ni para Walsh.

Como sostiene Natalia Vinelli, sus bases programáticas remiten a las experiencias anteriores de difusión popular donde Walsh participó. Los principales antecedentes, que se pueden rescatar fueron “Prensa Latina” en Cuba, “Semanario CGT” y “Noticias de Montoneros”. Walsh había participado en estas experiencias que habían surgido como una alternativa en respuesta a estructuras transnacionales de medios de comunicación masiva y también en función de vínculos con cambio social. A la vez la autora resalta la concepción de “alternativas” como parte de un proceso caracterizado por su limitación por el contexto de fuerte represión social y comunicativa, limitadas por lo económico y en este caso, su clandestinidad.


(1)     Natalia Vinelli, ANCLA Una experiencia de comunicación clandestina orientada por Rodolfo Walsh”.


Objetivos y Contrainformación

ANCLA tuvo tres objetivos centrales:

1)      “ Informar a los que informan”, de esta manera rompía el bloqueo informativo;
2)      Funcionar como una herramienta de denuncia de violaciones a los derechos humanos y a los aspectos de la vida política económica del país y de la movilización obrera sistemáticamente silenciada;
3)       Agudizar las contradicciones existentes entre las fuerzas armadas y demás sectores de poder.

La búsqueda de formas nuevas para romper el silencio probablemente tuvo que ver con la formación político-ideológica de Walsh, quien, parafraseándolo, se hizo revolucionario en la lucha misma.

Su destreza en "Operación Masacre", "Quién mató a Rosendo" y "El caso Satanowsky" señaló un camino en el periodismo de investigación. Ese periodismo comprometido, la búsqueda permanente de la verdad, el respeto por los destinatarios populares, fueron las bases mismas de ANCLA.

La idea de comunicación que expresa ANCLA no es extraña a otras experiencias a nivel latinoamericano que se multiplicaron en aquella época: las radios mineras bolivianas y los periódicos de los cordones industriales de Santiago (Chile), entre otros, muestran que la discusión acerca de la alternatividad estaba presente a lo largo de todo el continente.

De no haber existido un mínimo de información o un mínimo de personas informadas, ANCLA no hubiese sido posible.

Los fundamentos de esa práctica política deben buscarse en su propia razón de ser, que responde, a su vez, a un triple objetivo: propiciar la participación popular en el proceso comunicacional en tanto fuentes y retransmisores de la información; oficiar como medio de contrainformación y, finalmente, funcionar como instrumento de acción psicológica contra el poder económico y militar.

ANCLA necesitaba cubrirse con una identidad difusa para actuar dentro de los bloques de poder, tendiendo a romper su unidad coyuntural.

Esa "obsesión por la verdad", tan presente en la figura de Rodolfo Walsh (en cierta forma el ideólogo de la agencia), recorre todo el trabajo de ANCLA.

Natalia Vinelli, señala que: “la política de contrainteligencia no se agotaba con el funcionamiento de ANCLA: entre otras líneas de trabajo también se editaban papeles y estudios acerca de temas conflictivos, como por ejemplo la soberanía o la política económica”. (2)






(2)     Natalia Vinelli, ANCLA Una experiencia de comunicación clandestina orientada por Rodolfo Walsh”.



Organización del trabajo y finalidades

Desde la práctica periodismo/política, el ANCLA tenia un funcionamiento artesanal que lo identifica justamente como un medio alternativo porque la financiación que es medio recibe no sigue lo carriles habituales de la comunicación y su objetivo no era comercial sino la difusión de ideas políticas en contra de una dictadura sumergida en un terrorismo de estado.

El grupo de trabajo era “móvil y muy dinámico”. Debido a constantes allanamientos represivos, la organización debía mudarse cada vez con mayor frecuencia, y más tarde, el trabajo se realizó con las herramientas por separado: “en una casa el mimeógrafo, en otra la máquina de escribir, en otra una parte del archivo”. (3)

El modo de repartición de los cables, era a través del correo. Se enviaban sobres sin nombre (para no ‘pegar’ a los destinatarios) “a todas las redacciones, a los corresponsales, a las publicaciones internacionales, a direcciones a donde era importante que llegaran”, también a Iglesias en donde se hallaban “sectores más reaccionarios”. Los destinatarios eran minuciosamente elegidos para poder “cumplir con sus objetivos”. Lucila Pagliali, describe que por más simple que pareciera el trabajo de difusión, en verdad era “un operativo infernal”, ya que todo debía ser llevado a cabo “simulando naturalidad y con una estructura mínima y clandestina”.(4)

Lo mismo sucedía con los cables enviados al exterior. Allí muchos de los cables de ANCLA fueron publicados, y en parte debido a que el exilio de periodistas argentinos no había comenzado en 1976, sino dos años antes, por lo cual, eran ellos quienes colaboraron informando “qué periodistas eran los más convenientes para recibir los cables” y así lograr la publicación mediática. Y en caso de que no fueran publicados, se encargaban de hacer “correr el rumor”. También, los cables eran enviados a organismos de solidaridad internacionales.(5)

Lo sorprendente y valedero de la organización del trabajo de ésta organización, es que a pesar de haber sido un grupo tan reducido, de los obstáculos que los acechaban en forma persistente, “los despachos de ANCLA cumplieron con la regularidad necesaria para el funcionamiento de una agencia periodística.”(6)

El ANCLA era la consolidación de un proyecto de Rodolfo Walsh de oposición a los medios de comunicación hegemónicos y alineados, un punto en común con otras manifestaciones alternativas como hemos estudiado en clase. Desde un principio entendemos la comunicación como periodismo de base que forma parte de la lucha anticapitalista.
La contrainformacion que no sólo tiene enfrentamiento con el discurso oficial sino también con el orden establecido como lo expresa Vinelli y son el principal objetivo del ANCLA en una situación política concreta.



(3)     Natalia Vinelli, ANCLA Una experiencia de comunicación clandestina orientada por Rodolfo Walsh”.
(4)     Natalia Vinelli, ANCLA Una experiencia de comunicación clandestina orientada por Rodolfo Walsh”.
(5)     Natalia Vinelli, ANCLA Una experiencia de comunicación clandestina orientada por Rodolfo Walsh”.
(6)     Natalia Vinelli, ANCLA Una experiencia de comunicación clandestina orientada por Rodolfo Walsh”.



Fuentes, estilo, intención internacional

Podemos diferenciar cuatro principales tipos de fuentes de información con las que contaba ANCLA: en primer lugar fuentes internas, obtenidas a través de “canales orgánicos”, debido a que la agencia funcionaba en el ámbito del Departamento de Informaciones e Inteligencia; luego fuentes legales, mediante un análisis profundo del material emitido por la prensa legal y de “los discursos de los militares”, más conocida como ‘lectura entre líneas’, una tarea que convertía a los analistas en ‘periodistas de batalla’; en tercer lugar fuentes clandestinas, basadas en “escuchas e intercepciones” a las redes de comunicación del aparato represivo; y en cuarta posición las fuentes populares, es decir, de los testimonios de “gente común” que tuvieron el coraje de contar lo que habían visto u oído. Pero a ésta lista, debemos agregarle los “llamados informantes clave” que se daban en determinadas situaciones y en relación a determinadas temáticas, a “los medios de información extranjeros”, a la colaboración de algunos periodistas argentinos, y lo más importante, a los documentos internos de Rodolfo Walsh, también denominados “los papeles de la resistencia”. Documentos que “actuaron como matriz ideológica” de la organización.(7)

Asimismo, a pesar del terror que generaba saberse partícipe de una organización clandestina de resistencia, por más mínima que fuese la intervención, ANCLA contaba con la colaboración de periodistas e intelectuales de la más absoluta confianza de Walsh, con quienes comenzó a formar una “extensa red de informantes” ubicados en estudios jurídicos, en el seno de diferentes empresas. Y por otra parte, también recibían información de corresponsales situados en distintos puntos del territorio nacional. El ejemplo más claro en éste caso, es el de la revista “Semanario CGT” que desde su redacción realizaba un llamamiento a la participación, y a que cada fábrica respondiera a “la estructura de un corresponsal en cada fábrica”. Y éstos, a través de canales orgánicos, hacían llegar la información.(8)

En cuanto al exterior, ANCLA no sólo contaba con corresponsales específicos, sino que la recopilación de información también se daba a través de escuchas por onda corta, realizadas por le mismo Walsh, de las emisiones de la BBC de Londres, de los informativos de La Voz de Alemania, La Voz de Estados Unidos, Radio Canadá Internacional, entre otras. En éstos, si bien “el tesoro de la información vedada a los argentinos se administraba con cuentagotas”, Walsh pudo detectar que la difusión sobre “un operativo militar en Buenos Aires”, era al menos nombrado en aquellos medios. Y además, saber que distintos medios extranjeros como “Cambio 16 o “Le Monde” publicaban los cables de ANCLA, les aseguraban que “la información llegaba a las embajadas argentinas en esos países”.(9)

ANCLA se caracterizó por tener un discurso “profesional y equilibrado”, de lectura concreta y sencilla, alejándose de una intención panfletaria o propagandística en contra del régimen.
Se destacaba por una “calidad de información que presuponía que contactos secretos en cada una de las tres armas (o en alguna de ellas) colaboraban con la estructura de la agencia”. (10)

La información emitida por ANCLA, se enviaba en formato de cable informativo, que a diferencia de la noticia, se caracteriza por ser la información “sin maquillajes”, escrita sin


(7)     Natalia Vinelli, ANCLA Una experiencia de comunicación clandestina orientada por Rodolfo Walsh”.
(8)     Natalia Vinelli, ANCLA Una experiencia de comunicación clandestina orientada por Rodolfo Walsh”.
(9)     Natalia Vinelli, ANCLA Una experiencia de comunicación clandestina orientada por Rodolfo Walsh”.
(10)  Natalia Vinelli, ANCLA Una experiencia de comunicación clandestina orientada por Rodolfo Walsh”.


una estructura semiótica subjetiva que pudiera influir en la descripción de los hechos. Se respetaba “el código de agencia, de cables cortos y eventualmente de servicios especiales”. Teniendo en cuenta que el cable era recibido por un periodista que los iba a “levantar o reducir”, la agencia debía garantizar que “se mantuviera lo esencial”, y para ello debían lograr una terminación de los cables de gran calidad, y respetando las reglas periodísticas de estructuración de la noticia mediante la llamada “pirámide invertida”. Dicha calidad en sus despachos, también hizo que “se tuvieran en cuenta en los medios extranjeros, y que la prensa local les prestara atención aún cuando su publicación no fuera la tradicional”(11)

Como entre sus objetivos figuraba el de “oficiar como un instrumento de acción psicológica” la información debía cumplir con un formato determinado: “No es lo mismo generar información para difundirla, que esa difusión sirva para producir contradicciones
en el régimen”, sostenía Lila Pastoriza. Por lo cual, cada cable debía ser escrito con el fin de que pudieran verse los “resquicios entre los sectores de poder, sin perjuicio de la verdad”.(12)

Si bien, en “Cadena Informativa” y en las cartas firmadas, podía observarse el peculiar estilo de Walsh, basado en el humor crítico, las ironía, las asociaciones, comparaciones y metáforas insólitas, en los cables de ANCLA el estilo es “el de un despacho de una agencia
de noticias, de prosa depurada y evitando el comentario”.(13)

Debido a su carácter confidencial y de entrega personalizada de los cables, su llegada quedó inicialmente acotada a militantes políticos e intelectuales. No obstante, lograron la participación popular apelando a “que cada receptor se convierta en un nuevo emisor”, derribando así, la idea de comunicación unidireccional, también enmarcada por la ‘Teoría de la Aguja Hipodérmica’, en la cual “cada miembro del público de masas es personal y directamente atacada por el mensaje; cada individuo es un átomo aislado que reacciona por separado a las ordenes y a las sugerencias de los medios de comunicación monopolizados”(14), en éste contexto, monopolizados justamente por el poder militar. De ésta manera, se logró la conformación de una cadena de información que “desafió al silencio”. (15)

En cuanto al trabajo generado a nivel internacional, lo que se buscaba en principio era un ‘efecto rebote’, es decir que “el rebote de alguna noticia publicada en el exterior permitiera que un secuestro o una desaparición lograran un espacio en los medios de prensa argentinos”. Si bien eso no sucedió en forma concreta, como ya hemos nombrado, los cables de ANCLA era exitosamente publicados en los medios extranjeros. Y esto, sumado a la acción inagotable de los organismos defensores de los derechos humanos radicados en el exterior, la agencia se convirtió en una “molestia permanente para la dictadura”. Por ello, el régimen se encargó de instalar en París, el “Centro Piloto”, con el que esperaba “contrarrestar con propaganda, las numerosas denuncias que los militares golpistas llamaron (con bastante poca originalidad) ‘Campaña Anti-Argentina’”.(16)



(11)  Natalia Vinelli, ANCLA Una experiencia de comunicación clandestina orientada por Rodolfo Walsh”.
(12)  Natalia Vinelli, ANCLA Una experiencia de comunicación clandestina orientada por Rodolfo Walsh”.
(13)  Natalia Vinelli, ANCLA Una experiencia de comunicación clandestina orientada por Rodolfo Walsh”.
(14)  Mauro Wolf, “Investigación de la Comunicación de Masas”
(15)  Natalia Vinelli, ANCLA Una experiencia de comunicación clandestina orientada por Rodolfo Walsh”.
(16)  Natalia Vinelli, ANCLA Una experiencia de comunicación clandestina orientada por Rodolfo Walsh”.



Para 1977, antes de que se produjeran los primeros secuestros y allanamientos que provocaron el exilio de Aznárez y Pagliali, la nueva intención internacional de ANCLA fue “sacar la agencia al exterior”. Lila Pastoriza explicaba que comenzaron a “armar un esquema para mantener los contactos con las redes de información, y así sacar ANCLA desde el exterior enviando los cables a los mismos lugares”. Una vez que habían logrado juntar el dinero necesario, Aznárez y Pagliali fueron los primeros en viajar, mientras Pastoriza continuó con el trabajo desde Buenos Aires. Estando aquí, ella decidió plantear la posibilidad de “editar ANCLA desde el exterior orgánicamente”. De pronto no existía una propuesta clara sobre cómo y desde dónde funcionar, pero lo que estaba bien claro es que no podían montar una “base centralizada de la agencia en el exterior”, sino por el contrario, tenían que “formar varias bases más pequeñas”, y se priorizaba la idea de ubicarlas en algún país Latinoamericano (posiblemente México), y en algunos países europeos “donde era fácil desembarcar porque ya había compañeros”. Pero mientras Pastoriza aguardaba una respuesta de sus colegas, fue secuestrada y como consecuencia la propuesta cayó.(17)

En agosto de ese mismo año, podemos considerar el inicio de una segunda etapa de ANCLA, a cargo de Horacio Verbitsky (entre otros que prefieren mantener el anonimato), que “retomaron el trabajo y volvieron a poner en funcionamiento la agencia por un breve período, hasta que la represión y también ciertas diferencias internas pusieron fin a esta
notable experiencia de contrainformación”.(18)



(17)  Natalia Vinelli, ANCLA Una experiencia de comunicación clandestina orientada por Rodolfo Walsh”.
(18)  Natalia Vinelli, ANCLA Una experiencia de comunicación clandestina orientada por Rodolfo Walsh”.

Conclusión

ANCLA, bien definida como un instrumento de denuncia, contrainformación y contraiteligencia, sirvió para “estimular y promover contradicciones entre los grupos de poder”; “propiciar la participación popular en la información”; “iniciar una campaña de acción psicológica” contra el poder económico y militar, tanto en el interior como en el exterior del país; “contrarrestar la basura informativa”; y “poner de manifiesto la información negada a los argentinos”.(19)

Debido a la “multiplicidad de fuentes”, el grupo de ANCLA pudo comunicar la verdadera historia sobre miles de desaparecidos, las diferencias ocultas entre la Junta, los verdaderos objetivos del plan económico pensado para el país, las genuinas expresiones de “la resistencia popular”, pudo denunciar “un plan de exterminio sistemático desconocido hasta entonces en el país: la existencia de campos de concentración donde las Fuerzas Armadas y de seguridad torturaban y asesinaban salvajemente a prisioneros no reconocidos legalmente como tales”. Logró también iniciar una “campaña contra la dictadura militar en el exterior”, mediante el envío de despachos a los corresponsales extranjeros a través del correo.(20)

ANCLA también consiguió que el poder se viera enfrentado por “un grupo de personas que hurgaban entre sus múltiples relaciones, buscando contradicciones o generándolas, a fin de debilitar su fuerza y romper su unicidad”, a través de una identidad difusa.(21)

Asimismo, la agencia pudo establecerse como un instrumento de denuncia: “con su trabajo acompañó muchas de las actividades encabezadas por los familiares de los desaparecidos y asesinados, destinadas a lograr apoyo internacional”. Un apoyo que concretamente fue alcanzado a través de las diferentes organizaciones solidarias del exterior, y de las continuas publicaciones de los cables de ANCLA en distintos países. Un apoyo que a su vez sacudió las bases de la Junta, al sentirse ésta última amenazada, y obligada a instalar en París, el ya nombrado “Centro Piloto”.(22)

Si bien la denuncia llevada a cabo por ANCLA no era masiva (“porque la represión hacía que los receptores de la información se redujeran cada vez más”), la agencia abarcaba todos los temas: “desde las primeras huelgas y medidas de resistencia hasta la corruptela de la junta”. Y además, a pesar de que la acción de “multiplicar y difundir” había empezado a quedar reservada para los medios nacionales legales y extranjeros (que de todas formas, aunque no publicaran los cables literalmente, continuaban con el trabajo de generar una “retrasnmición subterránea de boca en boca”), la agencia servía para “generar grietas en la uniformidad de los medios nacionales”.(23)


Sin ANCLA no se hubiese podido pensar en resistencia…







(19)  Natalia Vinelli, ANCLA Una experiencia de comunicación clandestina orientada por Rodolfo Walsh”.
(20)  Natalia Vinelli, ANCLA Una experiencia de comunicación clandestina orientada por Rodolfo Walsh”.
(21)  Natalia Vinelli, ANCLA Una experiencia de comunicación clandestina orientada por Rodolfo Walsh”.
(22)  Natalia Vinelli, ANCLA Una experiencia de comunicación clandestina orientada por Rodolfo Walsh”.
(23)  Natalia Vinelli, ANCLA Una experiencia de comunicación clandestina orientada por Rodolfo Walsh”.



Hubo un tiempo, no hace mucho, por más que la desmemoria que lo arrastra todo quisiera enterrarlo en el olvido, en que la palabra fue acorralada, la lectura ardía clandestina en los patios traseros de las viviendas y en las calles brazos jóvenes se debatían contra la muerte. Y muchas veces, más de las que nos imaginamos ahora, eran cercenados por esta. Aturdía el repicar de los tambores y ese particular sonidos de las botas golpeando contra el piso. Sin embargo, de todo ello había que seguir hablando, contarle al mundo y también a los que en los infinitos rincones de la Patria seguían resistiendo. Por eso nació ANCLA, pero por eso también un puñado de periodistas liderados por un “Capitán” lleno de sabiduría y corajes suficiente como para desafiar al monstruo en su propia madriguera, se propusieron dar constancia de la otra historia…”(20)
























(24)  Carlos Aznares, www.rodolfowalsh.org 27 de julio de 2004.

1 comentario: