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lunes, 18 de enero de 2016

UNLP - DIDACTICA DE LA COMUNICACION - TRABAJO FINAL


PAUTAS PARA LA SISTEMATIZACIÓN DE LA EXPERIENCIA DE
COORDINACIÓN DEL TALLER DE DERECHO A LA COMUNICACIÓN
2015

Encuadre general:
A partir de la propuesta de coordinar un “Taller de Derecho a la Comunicación”,
debieron aproximarse a algunos rasgos iniciales del contexto y los sujetos; y en
función de ello definieron propósitos, delimitaron problemas, temas o conceptos y
diseñaron una estrategia metodológica de intervención.
El presente trabajo tiene por objeto promover la reflexión grupal sobre el
proceso de intervención desarrollado.
En tanto proceso de reflexión sobre la acción, intenta recuperar algunas de las
dimensiones de análisis y comprensión de los procesos de formación en comunicación
que hemos venido desarrollando en el transcurso del año, de modo de retomar
categorías conceptuales que nos permitan analizar las prácticas, superando la
sola descripción de la acción.
A continuación se plantean los ejes de sistematización. Ellos conforman los apartados
a incluir en la sistematización, haciendo dialogar en cada caso la experiencia vivida
con los aportes de los Documentos de Cátedra y la Bibliografía.
Pueden distribuirse en el grupo la resolución de cada punto, indicando en cada
apartado el/los nombre/s de su/s autor/es. El punto 2 a y 2 b, dada su extensión,
puede ser realizado por separado.

1. Fundamentar cómo se posicionó el equipo respecto de los
sentidos/propósitos en el proceso de formación en comunicación que
definieron para el Taller. Ello implica señalar cómo entienden el valor, los
sentidos y el lugar de la formación en Comunicación y en Ciencias Sociales en
el actual contexto socio-histórico. Asimismo, den cuenta de la lectura que
hicieron de los rasgos del ámbito en el que intervinieron, desde una mirada de
los espacios educativos en el actual contexto histórico. También pueden
señalar los modos en que los propósitos iniciales con los que fueron al espacio
se resignificaron o confrontaron con las realidades que encontraron.
(Documentos de Cátedra 1 y bibliografía obligatoria señalada en ese
Documento)

2. Respecto de los saberes/procesos del campo comunicacional que
abordaron como ejes de formación en el Taller desarrollen un encuadre de
fundamentación de los decisiones que tomaron, recuperando la reflexión sobre:
a) Los aportes estratégicos de la comunicación a este proceso de formación
concreto y las perspectivas comunicacionales que sostuvieron
2
(Documento de Cátedra 2 y bibliografía obligatoria señalada en ese
Documento).
b) Los principios político-pedagógicos que orientaron su trabajo, la
concepción del conocimiento que sustentaron y los procesos que
intentaron promover en los sujetos (Documento de Cátedra 4 y
bibliografía obligatoria señalada en ese Documento)

3. Retomen de qué manera el diseño metodológico que diseñaron buscó poner
en diálogo a los sujetos y los coordinadores. Especialmente, recuperando las
experiencias de aprendizaje que intentaron promover y los procesos de
reflexión sobre los ejes/problemas que se propusieron problematizar.
Asimismo, pueden recuperar el análisis sobre los rasgos facilitadores y
obstaculizadores que pudieron identificar en los contextos singulares de
intervención. (Documentos de Cátedra 3 y 5 y bibliografía obligatoria citada
en dichos Documentos)

4. En forma individual reflexionen sobre los aprendizajes más importantes que
recuperan de la experiencia como aportes a su formación como coordinadores
de procesos de formación en comunicación. Asimismo, señalen los principales
logros y dificultades personales que pudieron vivenciar en el transcurso del
proceso.

ANEXOS
 Planificación de los encuentros, que debe contener:
 Marco Referencial.
 Finalidades u objetivo/s generales del taller.
 Definición de los campos de conocimientos o experiencias, que
implica la descripción de los contenidos a desarrollar en los encuentros.
 Resolución metodológica: explicitar los propósitos, los
temas/problemas a abordar y las estrategias, actividades y consignas a
desarrollar en cada encuentro. Es importante dar cuenta de los tiempos
y de los materiales o recursos que demanda cada actividad. Para ello
deben adjuntar el cuadro solicitado en la Segunda guía de avance.
 Bibliografía de referencia para los estudiantes/participantes de los
espacios de formación
 Recursos materiales y didácticos necesarios para los encuentros.
 Relatorías de los encuentros.
 Copia de la producción comunicacional (audiovisual, gráfica, radiofónica,
multimedial) realizada en el marco del Taller de Comunicación que
coordinaron.

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  • Docentes:


  • Profesora adjunta: Glenda Morandi


  • Ayudante diplomado: Charis Guiller


  • Estudiantes:


  • María Belén Germani -> Legajo:17568/9
  • Matías Maniago -> Legajo: 20807/9
  • Camila Maugeri -> Legajo: 20886/7
  • Giuliana Michelini Sandi -> Legajo: 23609/9
  • Carlos Vázquez -> Legajo: 20694/0


  • Comisión: 3


  • Horario: Viernes de 8:30 a 11:00 hs.


1. El equipo fue crítico y reflexivo respecto a los sentidos/propósitos en el proceso de formación en comunicación. En primer lugar, trazamos sentidos flexibles ya que si bien, eran consecuencia de un análisis exhaustivo en torno a lo que nos tocaba enseñar como comunicadores/educadores, no estábamos seguros de si eran los indicados para intervenir en ese territorio específico.
Nuestro temor era no interesar a los jóvenes y que la clase terminara siendo una exposición en la que sólo el docente es el protagonista. Queríamos generar dinámicas de aprendizaje que interpelaran a los estudiantes, proponerles la tarea de que su propia experiencia sea el insumo suficiente para encarar el proceso de formación.
Afortunadamente, desplegamos un campo de posibilidades que motivó a los jóvenes a analizar, discutir y concluir ciertas cuestiones que superaron nuestras expectativas. Es valioso aclarar que la primera visita al curso, durante la hora de Sociología con la profesora Dora, no fue muy esperanzadora. Los chicos estaban desganados, cada uno ensimismado en su mundo, casi como un encuentro entre amigos y la voz de la docente se escuchaba como un murmullo lejano casi imperceptible.
Entonces, con los compañeros decidimos delinear temáticas cercanas a su vida cotidiana, a sus identidades, a sus preocupaciones, a sus deseos, a sus sueños. Comprendimos que teníamos una herramienta infalible en nuestras manos que era la Comunicación/Cultura/Educación y que a través de ella, podíamos posibilitar una enorme cantidad de situaciones de praxis y reflexión.
Sin caer en la mirada reduccionista de la “Comunicación = Medios masivos”, intentamos promover el debate crítico en torno a las construcciones mediáticas, no sin antes dejar claramente expreso que lo que vemos en la televisión, escuchamos en la radio o leemos en el diario, no es la realidad tal cual, sino más bien un recorte, una perspectiva. Esta demarcación no es ingenua, por el contrario, es intencionada ya que protege intereses económicos, empresariales, políticos y culturales.
En el actual contexto socio-histórico, resulta fundamental ser crítico con los consumos culturales y mediáticos. Vivimos en la sociedad de las imágenes y muchos sostienen que “una imágen vale más que mil palabras”, de manera que las personas le otorgan un valor indiscutible al bombardeo visual que reciben de la tele, las series, las películas, las fotos de Facebook, Twitter o Instagram.
Los consumidores sacralizan sus fuentes de información y comunicación y es preciso advertirles que no sean inocentes, ingenuos o pasivos con lo que reciben. Sino que estén atentos, que escuchen distintas “campanas”, que se informen, que estudien, que piensen. La palabra “pensar” no es un simple verbo cliché, implica convertir a la realidad en objeto de estudio y que los educandos, una vez que internalizaron esta práctica sean sujetos transformadores capaces de modificar aquello que les disgusta. Esta iniciativa está estrechamente vinculada con el ejercicio del Derecho a la Comunicación, es decir el derecho a recibir información veraz y oportuna y la capacidad de comunicar ideas y producir mensajes.
Por otro lado, es clave trabajar estos propósitos de formación en un grupo de adolescentes, que son los adultos y trabajadores del mañana. Quienes ya ejercen la ciudadanía entendida desde el punto de vista técnico, dado que tienen 16 años, y votan. Están en un momento en el que aún están forjando su identidad, eligiendo caminos, fijándose metas, formando su sexualidad. Es estratégico aportarles mecanismos liberadores, reflexivos, intelectuales para que también ellos produzcan mensajes, digan los que les pasa, luchen por sus necesidades y comprendan que su presente es consecuencia de un proceso histórico macro-estructural.
Cuando intervenimos en la escuela identificamos algunos rasgos interesantes. El primero de ellos era que los jóvenes venían de fracasos escolares, estaban dentro del secundario de adultos, una profesora nos dijo que “el aula era un espacio de contención” y una autoridad aseguró que tenían problemas familiares. Entonces, entendimos que no podíamos ir con un currículum escolar desanclado de su realidad, que sea aburrido, ajeno, inaccesible y enciclopedista. Nuestro objetivo era que sus propios universos vocabulares o habitus, sean el puntapié para encarar una tarea de acción-reflexión-acción, tal como lo plantea Paulo Freire.
Además, no fuimos con una visión idealizada de la juventud como “vaga”, “insolente”, “ignorante”, “no-estudiosa”, “desinteresada”, sino que teníamos bien en claro que eran sujetos atravesados por una diversidad de narrativas, provenientes del hogar, de la escuela, del grupo de amigos, de las redes sociales y demás mensajes multimedia.
Tal como plantea Sandra Carli en el Documento de Cátedra No1 cuando sostiene que “la relación entre comunicación, educación y cultura; designa un espacio complejo para pensar los fenómenos educativos contemporáneos, caracterizados por las aceleradas transformaciones tecnológicas, sociales, culturales que han tenido impacto en los procesos educativos de los sujetos de la educación, en los últimos veinte años”.
Propusimos dinámicas de trabajo para que se auto-indaguen, es decir, que pudieran cuestionar sus propios conceptos y pre-nociones; también, para que pusieran en común sus experiencias cotidianas y maneras de ver el mundo. Por último, que se sintieran protagonistas del futuro y que identificaran lo que les gustaba y lo que no y aquello que harían para transformarlo.
Es por ello, que nosotros como comunicadores/educadores abrimos un campo de posibilidades para viabilizar el diálogo y la solidaridad, además de las tres cuestiones fundamentales en la formación de sujetos: construcción de la subjetividad, procesos de transmisión cultural y finalmente, creación de formas de reconocimiento y lazo social.


2.
a) Los distintos aportes estratégicos de la comunicación al proceso de formación que llevamos adelante en el Taller, estuvieron estrechamente vinculados a los sentidos y propósitos que nos propusimos para cada encuentro. A través de nuestra práctica, logramos, en primer lugar, problematizar los procesos socio-históricos que se vinculan con la producción, circulación y apropiación de discursos que impactan en la vida cotidiana de los sujetos educandos así como también incentivamos la problematización del rol de los medios masivos como empresas mediáticas.
En este sentido, hicimos hincapié continuamente en la necesidad de valorar y utilizar críticamente la información que circula en distintos estratos de la sociedad, tanto los discursos provenientes de las instituciones sociales como de los medios masivos de comunicación. Desde el inicio del Taller, invitamos a comprender de manera más reflexiva la sociedad en la cual viven los estudiantes.
Si bien, los tres encuentros estuvieron reflexivamente diseñados y pensados para desarrollar ciertos temas centrales -como los femicidios y la violencia de género en el primer encuentro; los roles de género y el machismo en el segundo; los deseos y aspiraciones personales con respecto a la reflexión de escenarios a futuro en el tercero- la propuesta de la problematización estuvo dirigida a todos los procesos y fenómenos sociales que hacen a la construcción de la realidad.
En segundo lugar, propiciamos la capacidad de escuchar, de debatir, de aceptar las opiniones disidentes y de aceptar al otro en la diversidad. En este sentido, permanentemente estábamos haciendo circular la palabra de todos, incluso de aquellos más callados. Podemos afirmar que, según el Documento de Cátedra Nº2, lo que logramos fue “potenciar competencias comunicativas democráticas” al incentivar el reconocimiento del valor de la defensa y el ejercicio del Derecho a la Comunicación como un Derecho Humano básico para la vida en democracia. En diferentes oportunidades manifestamos la necesidad de que cada opinión, deseo o preocupación sean respetados.
La perspectiva comunicacional que sostuvimos durante todo el Taller es la del análisis socio-cultural, donde la mirada se centra en la construcción de sentidos socialmente legitimados y donde los procesos de producción y circulación de significados constituyen luchas por el poder y se disputan su legitimidad y definición.
Desde la perspectiva mencionada nos posicionamos para comprender a la realidad como una construcción, así como también para entender el problema del sentido en su complejidad y en el marco de una cultura determinada. De esta manera, abordamos las distintas temáticas entendiendo a la comunicación como una dimensión constitutiva de la cultura (comunicación/cultura).
Por otro lado, puntualizamos en las relaciones de poder implicadas en las relaciones de comunicación para comprender que los discursos sociales luchan por su legitimidad y así es como unos se posicionan por encima de otros, al mismo tiempo que pueden re-significarse en un otro determinado momento; por ello, una compañera practicante decidió introducir y presentar a los estudiantes la noción de hegemonía.


b) En primera instancia, los principios políticos-pedagógicos que orientaron nuestro trabajo en el aula partieron de situarnos como educadores/coordinadores dispuestos a guiar la práctica educativa de manera de acompañar a los sujetos educandos en la propuesta de cada clase. Esta posición, adoptada por todos los integrantes del grupo, llevó a rechazar al docente como figura autoritaria y como mero generador de contenidos. Lejos de esperar que los estudiantes reproduzcan esta postura, asumimos el compromiso de apostar a su potencialidad invitando, constantemente, a la reflexión y a la creación.
Por otra parte, entendemos que los procesos educativos y la labor del docente tienen que dedicarse a trabajar en conjunto con los sujetos educandos estableciendo una relación de confianza, y continuo acercamiento y disposición frente a sus demandas como sujetos ciudadanos. Al mismo tiempo, más allá de nuestra propuesta como coordinadores del Taller de Derecho a la Comunicación, partimos de la lectura del mundo de los educandos con el fin de reconocer la “historicidad del saber”, en palabras de Freire, como punto de partida de la producción del conocimiento. Asimismo, el respeto hacia la expresión de la lectura del mundo de los estudiantes también fue un factor que orientó nuestra práctica pedagógica.
Esta última afirmación nos lleva a pensar en la concepción del conocimiento que fue sustentada durante toda la práctica pedagógica; no sólo nosotros, los coordinadores, nos asumimos como productores de conocimiento sino también que la propuesta estuvo vinculada a invitarlos a adoptar una actitud activa de reflexión e interrogación frente al mundo. Podemos afirmar que sustentamos, durante nuestra práctica, una concepción constructiva del conocimiento a partir del estímulo a la reflexión  y al cuestionamiento de aquellas verdades que se disfrazan de incuestionables y naturales.
De esta manera, como intelectuales reflexivos del campo de la comunicación llevamos adelante el Taller asumiendo una perspectiva relacional e histórica del conocimiento invitando a los estudiantes a que se asuman como partícipes y constructores de la  realidad. Es así que pusimos en tela de juicio la concepción objetivista de pensar al conocimiento como reflejo de la realidad, y les propusimos a los sujetos interpretarla y transformarla.
En este sentido, en lo que concierne a los procesos que intentamos promover en los sujetos, la propuesta estuvo diseñada en la promoción de la centralidad del diálogo y el protagonismo de los sujetos en las clases. No sólo que impulsamos una dinámica grupal en los trabajos sino también que la construcción del conocimiento se llevó adelante mediante la expresión colectiva y la participación.


3. Diseño metodológico
El diseño metodológico utilizado para el desarrollo del Taller de Derecho a la Comunicación se basó la utilización un material audiovisual en cada uno de los tres encuentros, a fin de ser utilizado como disparador para debatir ideas, percepciones, opiniones con los jóvenes que participaron del taller. Los videos utilizados consistían en fragmentos de discursos mediáticos presentes en programas informativos y publicidades. Esto responde al objetivo general propuesto:“Problematizar los discursos o construcciones sociales de los medios masivos sobre los jóvenes”.
Este recurso nos pareció importante, ya que vivimos en una sociedad mediatizada en la cual los discursos mediáticos circulan, se reproducen y se resignifican en diversos espacios sociales de intercambio (como la familia, la escuela, los grupos de amigos, el trabajo) y no quedan reducidos a los medios de comunicación.  Por otro lado, los jóvenes suelen tener más rápido acceso y familiaridad con el formato audiovisual y multimedial (gracias al uso cotidiano de dispositivos como la televisión, la computadora, el celular, entre otros) que a otros soportes “tradicionales” como diarios o revistas en papel o programas radiales.
Sin embargo, el material audiovisual no fue  presentado como un fin en sí mismo, sino que fue articulado con diversas actividades para ser desarrolladas grupal o individualmente, con el propósito de retomar las experiencias e ideas de los sujetos, reflexionar, ponerlas en común y debatirlas.
El trabajo grupal o “grupos de discusión” fue otro recurso metodológico utilizado a fin de fomentar el debate de ideas en grupos reducidos (de entre tres y cinco personas) en torno a un eje dado o en base a preguntas realizadas para orientar la discusión -por ejemplo el rol del hombre y la mujer en la sociedad-.  Esta forma de trabajo fue elegida para que los integrantes del taller puedan debatir temas más cómodamente en grupos pequeños y luego ponerlos en común para el resto de los compañeros y los coordinadores del taller, ya que consideramos que de esta manera sería más fácil disparar la palabra. Esta metodología responde al objetivo metodológico de lograr una lógica participativa y diversa.
Otro recurso metodológico utilizado, en este caso durante el tercer encuentro a modo de cierre del taller, fue el de diseño de escenarios futuros.
1° Encuentro: Durante el primer encuentro buscamos recuperar la problemática de los tratamientos mediáticos sobre jóvenes. Para esto utilizamos los casos de Angeles Rawson y Melina Romero. El objetivo era poner en discusión  las construcciones discursivas realizadas en torno juventud, género, clases sociales. El recurso metodológico fue la realización de un debate a partir de fragmentos de discursos mediáticos. La puesta en común se dio en forma de “lluvia de ideas”.
Además les pedimos a los jóvenes que expresan las concepciones sobre juventud que creen que tienen los medios de comunicación, sus padres y ellos mismos. Para realizar esta actividad, les pedimos a los participantes del taller que formen grupos de cuatro personas y luego se dio lugar a la puesta en común de las conclusiones alcanzadas.
Para finalizar el primer encuentro se desarrolló una actividad para vincular las dos actividades realizadas previamente en torno a los discursos sobre juventud.


2° Encuentro: El eje del segundo encuentro fue “estereotipos en torno a la figura del hombre y de la mujer”. Para abordarlo, se realizó una actividad grupal en la que cada grupo debería escribir en un afiche ideas o concepciones en torno al hombre y a la mujer.  
También se utilizó un recurso audiovisual, en esta ocasión a través de publicidades de productos que construyen estereotipos que ayudan a reforzar ciertas ideas sobre la feminidad y la masculinidad.
Para vincular las dos actividades se realizó una puesta en común sobre las representaciones de las publicidades y las ideas expresadas por los participantes del taller en los afiches construidos grupalmente. En este caso se marcaron las coincidencias y se debatió en torno al eje planteado desnaturalizando estereotipos e ideas hegemónicas sobre lo que “debe ser” el hombre y la mujer en nuestra sociedad.


3° Encuentro:  El tema en torno al cual se desarrolló el último encuentro fue la participación activa de los jóvenes en problemáticas sociales. En este caso recurrimos -a modo de ejemplo o disparador- a la toma del Colegio Nacional de Buenos Aires por parte de los estudiantes que se oponían a la modificación de la currícula escolar. Puntualmente utilizamos la cobertura mediática realizada por el programa televisivo conducido por Eduardo Feinmann.
El segundo ejemplo elegido fue las manifestaciones estudiantiles en Chiles -a favor de la gratuidad de los estudios universitarios- y la figura de una jóven líder estudiantil -Camila Vallejo- como representante del reclamo de los estudiantes.
El objetivo del último encuentro fue poner en cuestión la capacidad de los jóvenes de ser sujetos activos, comprometidos socialmente y con posibilidad de ser críticos y transformadores de sus propias realidades. Para llevar adelante este objetivo, se visualizaron ambos casos y se propició la reflexión individual mediante una serie de preguntas para ser respondidas a partir de los videos presentados. Al igual que en los encuentros anteriores, también se dio lugar a la puesta en común para debatir en conjunto sobre las conclusiones alcanzadas.


En el desarrollo concreto de los encuentros, esta metodología fue productiva ya que los participantes del taller formaron grupos en los que debatieron y discutieron ideas y puntos de vista.  El propósito de las estrategias metodológicas utilizadas fue recuperar la lectura del mundo de los sujetos, entendiendo que el diseño de la propuesta es una experiencia que busca vincular a los sujetos con determinados ejes- problemas que serán debatidos y problematizados para desnaturalizar ideas y concepciones que construyen las subjetividades de los sujetos.       
Por otro lado el enfoque elegido a la hora de realizar el diseño de la propuesta está vinculado a la concepción de deliberación, ya que entendemos que la acción educativa consiste en una práctica social que implica un posicionamiento ético-político que orientará los procesos educativos. Estos procesos, a su vez, estarán mediados por los contextos sociales de los sujetos, por lo cual ninguna práctica estará completamente determinada por la planificación curricular, así como tampoco será posible controlarla técnicamente.


4. Reflexiones sobre los aprendizajes. Logros y dificultades.


  • Por Matías Maniago:


En mi opinión, la realización del Taller de Derecho a la Comunicación fue tanto una experiencia de aprendizaje para los estudiantes de la Escuela Vergara como para mí. Como principales aportes a mi formación de Profesor en el campo de la Comunicación Social considero que la dinámica de la práctica fue una de ellos; podemos estudiar mucho la teoría de los procesos educativos pero la confianza con el espacio y con los educandos se construye únicamente estando ahí con ellos.
En este sentido, no sólo se gana confianza con el espacio social en el que está y con los otros sujetos, sino también con uno mismo; la incertidumbre y el miedo propio a lo desconocido, más en mi caso que tengo unas pocas prácticas en distintos colegios de la ciudad, va desapareciendo y se va afianzando la posición que uno ocupa allí: el rol como comunicador/educador, la relación con el conocimiento, el compromiso y la responsabilidad que conlleva convertirse en formador de sujetos y subjetividades.
De esta manera, uno adquiere ciertas competencias y tácticas que le son propias a aquel que ocupa el lugar de coordinador de un proceso educativo; la relación con los colegas y autoridades de la institución -en el caso de la educación formal-, los movimientos y desplazamientos dentro del aula, las estrategias educativas que se pueden desarrollar en la inmediatez de la clase aunque no estén previamente en el diseño de la clase por escrito. Aquí también entra la cuestión de la confianza expuesta en los párrafos precedentes: considero que la práctica educativa elimina las incertidumbres y los miedos y permite consolidar las acciones que uno decide llevar adelante dentro de una clase.
Por otro lado, me resultó rica la experiencia de la práctica debido a que uno adquiere experiencia en cuanto a las estrategias metodológicas, los propósitos pensados previamente con la acción concreta, la administración y distribución de los tiempos para cada actividad propuesta.
Con respecto a los principales logros y dificultades personales identificados durante el transcurso del proceso, considero valioso destacar que logros hubieron muchos; por el contrario, dificultades sólo una: iniciar la clase. Más allá de los miedos a lo desconocido, siempre llevé la timidez conmigo; sin embargo, como cualquier desestabilización de índole social, se afronta con la práctica sucesiva y constante.
Quizá, puede resultar que la inseguridad de sí mismo incremente los nervios previos al inicio de una clase pero, justamente, es la experiencia de la práctica quien se encarga de afrontar esos miedos internos y hacerlos desaparecer por completo. Cualquier problema de esta índole es posible solucionar si se afronta, es decir, si se lo trabaja cotidianamente.
Así es como también hubo un logro personal -entre otros- importante: seguridad en sí mismo. A medida que van avanzando los minutos y se va conociendo al grupo con el cual se trabaja, se va incorporando seguridad en la práctica: en lo que se dice, en cómo se dice, en qué momentos decirlo, qué hacer y cómo desenvolverse.
En conclusión, la práctica revive el amor por la labor profesional, especialmente en el campo de la Comunicación Social. Si bien hubo esa dificultad mencionada, lo importante fue que disfruté de la práctica, me sentí parte de la clase y me desenvolví a mi manera.


  • Por Camila Maugeri :


El Taller de Derecho a la Comunicación  fue una práctica interesante, ya que implicó la selección de un eje en particular -en este caso sobre tratamientos mediáticos y estereotipos en torno a los jóvenes-, el planeamiento de los contenidos y la selección de una metodología acorde a los objetivos planteados. Todo esto enmarcado en una perspectiva ético-política, que es necesario asumir conscientemente cada vez que se desarrolla una práctica educativa.   
El taller constó de tres encuentros, y para el desarrollo de cada uno se pensó un momento de introducción, uno de desarrollo de las actividades y un momento de cierre que incluyó una reflexión sobre lo visto y debatido. Esta modalidad se pensó especialmente teniendo en cuenta que algunos jóvenes no estarían presentes a lo largo de todo el taller, lo que implicó que cada encuentro tenga un comienzo y un cierre, que de todas maneras sería retomado en el encuentro siguiente.
Como se mencionó en el desarrollo metodológico, la propuesta educativa realizada buscó recuperar la lectura del mundo, las vivencias y las experiencias de los sujetos, entendiendo a la educación como una construcción colectiva, no de manera lineal, vertical ni unilateral. Nuestra participación en el taller consistió en ser facilitadores y coordinadores de procesos de producción de conocimientos y reflexiones, respetando y propiciando el intercambio de ideas y saberes, así como de dudas e inquietudes.
Por otra parte, también se buscó promover el desarrollo de producciones (discursivas y materiales) propias, que recuperen las temáticas abordadas y las reflexiones y debates llevados a cabo a lo largo del taller. En este sentido, si bien se realizaron producciones grupales e individuales en cada encuentro (lluvia de ideas en el pizarrón, puesta en común en afiches, desarrollo de preguntas en forma individual), no se planteó el desarrollo de una producción grupal que sistematice los temas abordados a lo largo del taller.
En cuanto a los logros alcanzados en el proyecto, considero que, al menos uno de los más significativos, ha sido el de lograr interpelar a los jóvenes. Creo que esto se logró gracias a que en el momento del diseño de los contenidos, se priorizaron aquellos temas/problemas que atraviesan directamente las vivencias y experiencias de los sujetos, en tanto jóvenes inmersos en una sociedad fuertemente mediatizada y con importantes discursos hegemónicos instalados acerca del “deber ser” de los hombre y mujeres, así como de la juventud.
En sintonía con los objetivos y los contenidos seleccionados, los recursos metodológicos utilizados propiciaron la atención de los jóvenes, no solamente por tratarse de un material audiovisual, sino, fundamentalmente porque cada material estuvo acompañado por una reflexión o pregunta disparadora para desnaturalizar los discursos que en estos se presentaban. Para disparar la palabra, el trabajo en grupos reducidos ha sido otro recurso utilizado en todos los encuentros, y creo que esta modalidad contribuyó y facilitó el propósito de que los sujetos comuniquen sus ideas.        
Por otro lado -si bien considero que se logró generar interés, atención e interpelación a lo largo de los encuentros- creo que  las dificultades presentadas en el transcurso del proceso tienen que ver con que la participación en las puestas en común, así como en las reflexiones no alcanzaron el grado de participación esperado. Considero que en algunas ocasiones la dificultad se dio en el momento de cierre o reflexión, ya que esta instancia estuvo más a cargo de los coordinadores del taller, que de los jóvenes. Sin embargo es necesario tener en cuenta que la extensión de los encuentros estuvo limitada a tres días, con una duración de dos horas cada uno, por lo cual la posibilidad de alcanzar un nivel de confianza, cercanía o familiaridad estuvo limitado a los tres encuentros pautados para llevar adelante el taller.
Otra cuestión importante para tener en cuenta a la hora de evaluar el proceso educativo del Taller de Derecho a la Comunicación tiene que ver con el contexto en el cual se desarrolló el mismo. Al tratarse de un curso de la modalidad adultos, en la escuela misma circulaban discursos que desestimaban la educación de los jóvenes -y a los jóvenes mismos- por ser parte de una modalidad que implicaba que los estudiantes no habían completados sus estudios secundarios en la edad esperada -a causa de abandono, repitencia, faltas u otras situaciones-. Es importante destacar que estas ideas eran expresadas tanto por profesoras, como por directivos y aún por los propios alumnos. A lo largo de los encuentros pudimos debatir, al menos brevemente, sobre estas concepciones, para desnaturalizar estos discursos que se limitan a encasillar, estigmatizar y limitar las experiencias y la educación de los estudiantes.


En rasgos generales creo que la experiencia fue positiva ya que se logró una coherencia entre objetivos, contenidos y metodología  a la hora de diseñar los encuentros, así como también se pudo llevarlos adelante con el acompañamiento de los chicos y chicas que participaron activamente en las actividades y propuestas presentadas.
Como reflexión final sobre esta experiencia considero que es importante a la hora de planear y realizar cada propuesta educativa, tener en cuenta en primer lugar a los sujetos que estarán involucrados en cada proceso de formación. Para esto es fundamental entenderlos como personas con ideas, percepciones, saberes y experiencias históricas y sociales que son importantes a la hora de producir nuevos saberes, desde una lógica colectiva, participativa y no reproductivista.


  • Por Giuliana Michelini Sandi :
Frente a la propuesta de encarar el Taller de Derecho a la Comunicación vi la posibilidad de pararme por primera vez “frente” a una clase. Con esto último sólo me refiero a abandonar el rol de alumno, para poder enriquecer más aún mi experiencia dentro del aula, esta vez, desde otro lado. Anteriormente me había situado en calidad de ayudante de un profesor universitario, pero siento que esta experiencia fue muy distinta y gratamente reconfortante.
A partir de los conceptos e ideales aprehendidos en la materia Didáctica de la Comunicación, logré no sólo reafirmar certezas que poseía respecto a mi vocación, sino también a convivir con distintas realidades dentro de un mismo espacio, a identificar subjetividades.
Reconocí como una necesidad propia el generar interés en los alumnos, enseñarles a pensar y poner en crisis ciertos saberes o situaciones por sí mismos. Y realmente, en lo que respecta a la experiencia por lo menos de este taller que llevamos a cabo, creo haberlo logrado de la mano de mis compañeros.
Destaco el mérito de lograr que generen un pensamiento crítico y poder construir un espacio de intercambio, dentro de lo que es el aula. Contribuir en este sentido a que los sujetos consideren al conocimiento como construcción para pensar al mundo y que incluso, aborden  procesos, prácticas y problemáticas que los cruzan como sujetos de la historia. Y que éstos a su vez, al ser interpelados y problematizados, puedan sentirse preparados para comprender e intervenir cualquier otra situación que se les presente.
No se trata sólo de presentar conceptos teóricos y que ellos los anoten en sus carpetas. Es por eso que me parecen muy atinadas las frases “La educación no es llenar un cubo, sino encender un fuego”, de William Butler Yeats; y “El propósito de la educación es reemplazar una mente vacía con una abierta”, de Malcolm Forbes.
Creo firmemente en que las fortalezas de un educador están en propiciar y empoderar al alumno de herramientas que le permitan “pensar con su propia cabeza”, actuar con inteligencia; e incluso en fomentar la participación colectiva y el compañerismo, como estrategias para la inclusión de la totalidad del grupo y la concientización del alumno como sujeto que pertenece a una sociedad, en donde es necesaria dicha interacción.
Es por eso que considero como condición fundamental el asumir el rol con responsabilidad y vocación, para poder así fomentar la libre expresión y participación de todos los asistentes a las clases.
Dejando de lado todos los logros y fortalezas que me permití observar, en lo que respecta a dificultades, siento que sólo hubo una: el tiempo. Me hubiese gustado que los encuentros duraran un poco más o la extensión del taller fuera un poco mayor, pero a pesar de ello comprendo los condicionantes que la cátedra afronta a la hora de conseguir los cursos disponibles para llevar a cabo las prácticas, como así también tengo en cuenta, que dicho taller es pensado justamente como una “intervención”, por el tiempo que conlleva.
Me alegro mucho de haber cumplido con los objetivos que planteamos al principio de la planificación de los encuentros junto a mi grupo de trabajo, y me llevo una experiencia más que enriquecedora.
Aprendí mucho y sé que queda mucho más por delante… espero ansiosa.


  • Por María Belén Germani:


Uno de los aprendizajes más valiosos que me llevo es la intervención en un espacio educativo sin prejuicios ni pre-nociones. Existían una serie de relatos respecto a que los educandos eran problemáticos, desinteresados e irrespetuosos pero decidí ir más allá de los rumores y en todo caso, corroborarlo por mí misma.
Lo que existía hasta ese entonces probablemente, era un desprecio hacia sus experiencias, a todo el bagaje cultural que los chicos traían de afuera de la escuela y que no cierra con los parámetros de la educación bancaria que utilizan muchos docentes.
Comprendí rápidamente que ellos no eran los protagonistas de la clase, entonces me dije a mí misma que en la intervención que yo haría como coordinadora, las cosas iban a ser distintas: los chicos tenían que contar sus historias, compartir pensamientos, miedos y deseos. Y  así fue que logramos una dinámica de aprendizaje sumamente enriquecedora tanto para educandos como para educadores.
Visualicé que el concepto de “lucha por el significado” no es una categoría abstracta, ya que en la clase ocurrieron una serie de situaciones en la que los jóvenes expresaron sus ideas, se opusieron a otras, construyeron argumentaciones, desecharon visiones que no compartían, entre otros procesos de acción y reflexión. De manera, que allí, en el espacio áulico se produjeron relaciones hegemónicas, la de aquellos que hicieron prevalecer su perspectiva y vínculos de resistencia, encarados por los alumnos que se oponían.
Ésto me demostró que los procesos de formación no son neutrales ni apolíticos, si no que implican hegemonía, conflicto, resistencia y consenso. Por otro lado, reafirmó que no existe el optimismo pedagógico de la modernidad, con la sociedad transparente y los ideales de racionalidad y progreso. Los jóvenes estudian sin tener la seguridad de trabajar o ascender económicamente; pero para poder crecer en la sociedad, es preciso que estudien. Por eso es que van desganados, dudan de la utilidad de ese momento, no se sienten parte de lo que aprenden y algunos profesores suelen abrir aún más la brecha generacional entre jóvenes y adultos.
También, fue sumamente útil analizar los productos culturales de la televisión, ya que ellos forman parte de una generación atravesada por la imagen, el marketing, las lógicas del trending topic y los estereotipos ideales del deber ser. Supe que pertenecían a un paradigma ideológico determinado y a partir de ello, busqué hacer hincapié en los sentidos que les hacían las coberturas sobre la vida y muerte de las adolescentes, las publicidades y los discursos politizados de los estudiantes secundarios.
Al principio, se mostraban tímidos, apáticos y desconfiados pero de a poco, se fueron sintiendo bien, se empoderaron del espacio, irrumpieron con la palabra y se sintieron motivados. Los trabajos en grupos de cuatro o cinco integrantes, fue una actividad acertada ya que ellos transformaron el mero lazo de compañero de división para forjar un vínculo de trabajo conjunto y solidaridad. Eran sujetos reflexivos en torno a temáticas de la realidad social y como Comunicadora/Educadora ayudé para que el diálogo sea el puente de encuentro entre las subjetividades.
Todo el tiempo tuve presente que la educación y el conocimiento son un bien público y un derecho personal y social, por lo que cuando me tocó ser la moderadora entre los participantes, intentaba darle la palabra a quiénes se habían mantenido en silencio, casi como ocultándose. Todos tienen derecho a comunicar sus ideas y a ser escuchados y los demás compañeros también tienen derecho a saber lo que ese joven siente o cree. De forma tal que la palabra se democratizó, todos hablaron independiente del contenido de sus comentarios.
Fue estupendo haber utilizado las nuevas tecnologías de información y comunicación, a través del material audiovisual. Con un cañón y una pared blanca, proyectamos las imágenes y era increíble ver la atención que tenían los chicos y la manera en la que los interpelaba. Indudablemente, fue mucho más acertado proponerles esa actividad antes que hacerles leer un texto.
Los logros alcanzados fueron fundamentalmente, poder concretar lo que teníamos previsto en las guías, que las consignas funcionaran, que les interesaran a los chicos y controlar el tiempo adecuadamente. El clima de trabajo fue ameno, nunca nos faltaron el respeto, se sacaron sus dudas y buscaron nuestra ayuda en determinadas situaciones. Es más, algunas alumnas tenían una afinidad especial con nosotros ya que nos despedían con un beso.
Una de las dificultades, tal vez fue el poco tiempo que compartimos con ellos, sin poder tener una mirada global de su desempeño, con el fin de identificar potencialidades para seguirlas fortaleciendo o inconvenientes, para superarlos. Sobre todo, intenté materializar uno de los pasajes del Documento de Cátedra No 1 que plantea la necesidad de resituar a la educación como política de distribución cultural con el objetivo de “interpelar a sujetos diversos y desigualmente posicionados en el escenario social para incluirlos en un territorio cultural significativo y relevante”.


















Anexos


  • RELATORÍA PRIMER ENCUENTRO -  Jueves 8 de Octubre de 2015
El grupo dividió los roles de modo que cada uno de nosotros estuviera cómodo. Dos de nosotros comenzaron inaugurando el Taller y comentando brevemente los objetivos que teníamos como educadores, para luego comenzar con la primera actividad propuesta.
En el momento introductorio se compartió un material audiovisual, en el que eran visibles las diferencias acerca de cómo los medios abordaron el crimen de Ángeles Rawson y el de Melina Romero. Al finalizar éste, se les preguntó a los chicos qué pensaban sobre lo que acababan de ver y los alumnos respondieron que Melina falleció porque “tenía mucha libertad y sus padres pasaban días sin saber nada de ella”.
A continuación se indagó de manera oral sobre los conceptos que cada uno pudo retener como característicos de las adolescentes: “bolichera, vaga” (entre otras) fueron en el caso de Melina Romero; “tranquila, estudiosa” (entre otras), en el caso de Ángeles Rawson. También se les realizaron preguntas referidas a cómo les parecía que los medios presentaban la información sobre la vida y la muerte de cada una de las jóvenes.
En todas sus respuestas podemos diferenciar discursos asumidos, naturalizados, respecto a cuestiones como: si las jóvenes merecían morir o no, por pertenecer a una clase social determinada, llevar un tipo de vida social, o mostrarse frente a los demás de determinada manera.


Recursos web editados en un sólo video: cobertura de medios gráficos, televisivos, radiales e Internet.


En cuanto al momento de desarrollo, la propuesta fue elaborar un cuadro en los distintos grupos, en el que se incluyeran tres columnas: “los jóvenes según los medios”, “los jóvenes según los padres” y “los jóvenes según ellos mismos”. La idea era que completaran las tres casillas, a partir de los conceptos que recolectaron del video, como así también de sus experiencias cotidianas o de lo que están acostumbrados a oír.
Una vez finalizado el tiempo estipulado, se pusieron en común las distintas perspectivas que los jóvenes volcaron en los cuadros, creando una síntesis en el pizarrón, que contuviera todo lo que iban aportando.
Para el momento del cierre buscamos trazar similitudes entre los discursos mediáticos sobre Ángeles y Melina, y las representaciones acerca de los jóvenes que tienen ellos mismos, sus padres y los medios. Nuestro objetivo era que los educandos pudieran desnaturalizar ciertas “verdades” y reflexionar sobre la realidad, entendida como una construcción social.
En todo momento, los comunicadores/educadores estuvimos dispersos por la sala audiovisual (que solicitamos para llevar a cabo los tres encuentros) con el fin de acercarnos a los distintos grupos de trabajo y ayudarlos con ideas o “disparadores” que les facilitaran la actividad.
Como conclusión podemos arribar a la idea de que inicialmente, los jóvenes no ponían en crisis el material que consumían a través de los medios. Apenas vieron los videos de ambos femicidios tratados mediáticamente y fueron indagados sobre algunas cuestiones, respondían con discursos asumidos, naturalizados.
Pero fue distinto cuando finalizó el primer encuentro y reflexionamos sobre lo trabajado, ya que ellos sólos modificaron sus respuestas y salieron ideas como “nadie tiene derecho a morir, cualquiera sea su situación económica-social, de género, sexualidad y forma de vida”, entre otras.
En todo momento los alumnos se mostraron bien predispuestos al trabajo que se les propuso, y colaboraron con el desarrollo del Taller de manera constructiva.


  • SEGUNDO ENCUENTRO - Jueves 22 de Octubre de 2015
En el momento introductorio, decidimos retomar las cuestiones fundamentales del primer encuentro. Luego describimos brevemente los posibles tratamientos en torno al género, diferenciación biológica, machismo y las ideas sociales de lo femenino y masculino, que realizan los medios de comunicación, mostrando la femineidad y la masculinidad hegemónica.
Se dividió al grupo de trabajo en tres mesas. Con la guía de un practicante-docente, se les pidió que contestaran la siguiente pregunta: ¿qué características/ tareas tienen y hacen los hombres y las mujeres dentro de la sociedad en la que viven? Las respuestas fueron escritas en afiches divididos en dos columnas: ser hombre y ser mujer.
La segunda actividad estuvo dirigida al debate. Se presentaron a modo de plenario las  respuestas de cada grupo, exponiendo los afiches, y se conversó acerca de los semejanzas y diferencias de sus producciones.
Luego, se les propuso a los alumnos mirar atentamente un material audiovisual, constituido por publicidades televisivas que muestran claramente los estereotipos de hombres y mujeres que los medios y principalmente la publicidad y el marketing construyen/alimentan. En dicho material se incluían dimensiones de la mujer como madre, como figura erótica, como protagonista de un amor romántico y como actriz de un rol que debe encarnar en la sociedad.




Cuando abordamos los estereotipos referidos al hombre, se evidenciaron cuestiones respecto al cuerpo, a las cosas que hace en su cotidiano, a su imposibilidad de tener amigas y a su figura como sostén de la familia.




La siguiente consigna, luego de ver el video, fue encontrar coincidencias con las ideas que habían expresado al comienzo y determinar qué tema/s les parecieron importantes de los que se abordaban en las publicidades. Por último, se compararon los roles de la mujer y el hombre en el material trabajado.
A modo de cierre se hizo hincapié en que no sólo es importante la cuestión biológica sino también la construcción social de los discursos, elaborados desde distintos sectores como son la familia, la escuela, la iglesia y en particular, los medios de comunicación. Se habló sobre el machismo como un relato, un modo de ser de la masculinidad, que construye una femeneidad débil, oprimida, relegada sólo a la sensualidad. También, fue clave reflexionar sobre la importancia de la paciencia, la tolerancia, la no discriminación, la no cosificación y por supuesto, la complementariedad entre los hombres y las mujeres, como seres iguales.
Finalmente se intentó dejar como conclusión, algunas palabras referidas al Derecho a la Comunicación, que implica poner en tela de juicio ciertos valores hegemónicos, para producir nuevos y propios discursos, en torno al género.


  • TERCER ENCUENTRO - Viernes 23 de Octubre de 2015
En el momento introductorio se retomaron las ideas del segundo encuentro en torno a los estereotipos hegemónicos de masculinidad y feminidad. Luego, se observó el material audiovisual propuesto para el encuentro, que trataba de la participación política estudiantil, es decir, de la militancia de los jóvenes en los colegios secundarios.  En primer lugar, se vio un video en el que los jóvenes eran argentinos y también otro, que era protagonizado por estudiantes chilenos, ambos comprometidos con la causa común de defender la educación pública, gratuita, laica y universal.
Al finalizar los extractos, se les dictaron una serie de preguntas, en las que se les pedía que identificaran el rol de los jóvenes protagonistas, que establecieran similitudes y diferencias entre éstos y los jóvenes que conocían (donde podían incluirse a ellos mismos). Por último, que hicieran una definición acerca de qué era para ellos “ser joven”. Las respuestas fueron individuales y escritas, luego se juntaron las hojas y los integrantes del Taller las leyeron de manera anónima.
Después de comentar entre todos algunas ideas, devolvimos las producciones de cada uno y les propusimos la actividad de pensar escenarios futuros. De esta manera, les pedimos que escribieran individualmente acerca de qué les disgustaba de la realidad y cuál sería su mundo ideal o proyección a futuro.
Una vez finalizada la tarea, dividimos el pizarrón en dos columnas para que ellos mismos escribieran sobre lo que les disgusta del mundo en el que viven y sobre sus mundos ideales. El que pasaba a escribir en el pizarrón, designaba al compañero que vendría después. Esta actividad no sólo logró desinhibir a los que habían permanecido en silencio -por timidez, probablemente- sino que permitió que todos conocieran un poco más a sus compañeros.
Por último, leímos, cada una de las respuestas anotadas. Fue sumamente interesante debido a que permitió incursionar en la intimidad de cada uno, dándoles la posibilidad de que sacaran a la luz sus propios temores, deseos y sueños.
De esta manera, propusimos cerrar el Taller consultando si habían quedado dudas, preguntándoles de qué manera les habían aportado los tres encuentros y si querían algo. Les agradecimos el trabajo, la buena predisposición y la escucha y nos despedimos con un fuerte aplauso.
BIBLIOGRAFÍA:


  • Didáctica de la Comunicación. Documento de Cátedra N° 1: Las prácticas de los comunicadores/educadores en el escenario histórico actual: compromisos y desafíos. (2013)
  • Didáctica de la Comunicación. Documento de Cátedra N° 2: Los aportes estratégicos del campo de la comunicación a la formación político-cultural de los sujetos. (2013)
  • AVV Didáctica de la Comunicación. Documento de Cátedra N° 3: El proceso de construcción de propuestas de formación.
  • AVV Didáctica de la Comunicación. Documento de Cátedra Nº 4: La intervención de los educadores/comunicadores desde la pedagogía crítica de la comunicación.
  • AVV Didáctica de la Comunicación. Documento de Cátedra N° 5:
  • A. IOTTI. Facultad de Periodismo y Comunicación Social. Asignatura Didáctica de la Comunicación. “Campo comunicacional: algunas reflexiones en torno de objetos y prácticas”.

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