1) Motivo por el cuál eligió el tema
-¿Qué tema y por qué?
-Finalidad del trabajo (¿Para qué?) - Para reflexionar sobre - para cuestionar - para comprender - para modificar.
Activistas culturales de Red Sudakas y Tupac Amaruc, proponen ejercer la política a través de los murales donde la principal característica es la participación de la comunidad y la busqueda de identidad.
Los murales como expresión política y social. Nos parece importante comprender estas expresiones artísticas visuales que forman parte del paisaje de nuestra ciudad y entender y visualizar las historias que escriben quienes dejan sus huellas en los muros con el aporte que genere a su vez nuevas historias y permita escuchar aquellas identidades, producciones de sentido y la universalidad situada que se muestra en esta manifestación artística interpretada por estas dos organizaciones que utilizan esta técnica visual, generando un mensaje con orígenes y visiones distintas.
Los colores llamativos de los murales nos impactan en paredes de edificios y casas, muros y puentes. Esta técnica es tan antigua que solo basta decir que fue la primera forma de pintura de la historia rupestre, donde una imagen era plasmada en las rocas de las cuevas.
Nos proponemos develar en este recorrido bajo que conceptos trabajan estos movimientos políticos y sociales en nuestro alrededor y cuáles son sus métodos y estrategias que se proponen para la construcción de lo político y lo social.
Estas organizaciones basadas en la participación del vecino que desee ser parte de esta experiencia, construyen política popular y exponen mensajes producto de las tensiones que muestran los problemas filosóficos contemporáneos.
Estos grupos llevan a cabo estrategias para instalar temas a través de la expresión artística, un método para incluir a la sociedad en la lucha por sus derechos.
Los murales como expresión política y social. Nos parece importante comprender estas expresiones artísticas visuales que forman parte del paisaje de nuestra ciudad y entender y visualizar las historias que escriben quienes dejan sus huellas en los muros con el aporte que genere a su vez nuevas historias y permita escuchar aquellas identidades, producciones de sentido y la universalidad situada que se muestra en esta manifestación artística interpretada por estas dos organizaciones que utilizan esta técnica visual, generando un mensaje con orígenes y visiones distintas.
Los colores llamativos de los murales nos impactan en paredes de edificios y casas, muros y puentes. Esta técnica es tan antigua que solo basta decir que fue la primera forma de pintura de la historia rupestre, donde una imagen era plasmada en las rocas de las cuevas.
Nos proponemos develar en este recorrido bajo que conceptos trabajan estos movimientos políticos y sociales en nuestro alrededor y cuáles son sus métodos y estrategias que se proponen para la construcción de lo político y lo social.
Estas organizaciones basadas en la participación del vecino que desee ser parte de esta experiencia, construyen política popular y exponen mensajes producto de las tensiones que muestran los problemas filosóficos contemporáneos.
Estos grupos llevan a cabo estrategias para instalar temas a través de la expresión artística, un método para incluir a la sociedad en la lucha por sus derechos.
TEMA:
Análisis del uso del muralismo por parte de las organizaciones sociales “Tupac Amaru” y “Sudakas”
PROBLEMA
¿Cómo construyen identidad a través de los murales los grupos mencionados?
HIPÓTESIS
Con sus murales latinoamericanistas, Tupac y Sudakas plantan sus valores como bandera y diseñan y reafirman su identidad, ante los ojos de los propios miembros como ante los del resto de la comunidad urbana, algo que puede generar tensiones en cuanto a los objetivos de la misión que se proponen.
OBJETIVOS
Estudiar el mensaje que quieren plasmar en sus murales las organizaciones político-sociales Tupac Amaru y SudaKas
Dar cuenta de la tensión existente entre una construcción de identidad hacia afuera y hacia adentro.
Reflexionar sobre la vinculación de los actores con la política, y la valoración que pueden hacer sobre esa afiliación sectores del resto de la sociedad.
FUENTES
(1) CASSIRER, Ernst. “Antropología Filosófica”, Fondo de Cultura Económica, México, 1984.
(2) KUSCH, Rodolfo. “Geocultura del Hombre Americano”, Editorial García Cambeiro, Buenos Aires, 1976
(3) ECO, Umberto. “Lector in Fabula”, Editorial Lumen, Barcelona, 1987.
(4) VERÒN, Eliseo. “La Semiosis Social”, cap 5, Gedisa, Barcelona, 1988.
(5) ESCOBAR, Ticio. “La Identidad en los tiempos globales”, ponencia del autor en el IX Encuentro del Corredor de las Ideas de la Universidad Católica Argentina, 2008.
(6) CASALLA, Mario. “Tecnología y Pobreza”, Editorial Fraderna, Buenos Aires, 1988.
(7) VATTIMO, Gianni. “La Sociedad Transparente”, p 172, Paidós, Barcelona, 1990.
2) Cómo se relaciona el tema seleccionado con los textos trabajados en relación a la situacionalidad del tema.
La propia realidad como punto de partida y de llegada. La situación regional, el contexto, la relación con otra/s realidades.
3- Conceptos, de catedra relacionados
Los primeros registros de pintura mural fueron los encontrados en las cuevas del paleolítico, bajo la técnica de pinturas rupestres. Dado que una de las principales y distintivas características del mural es que debe ser didáctico, se distribuían en espacio extensos; esa técnica se conservó, hasta nuestros tiempos y su característica y utilización persiguen el mismo objetivo, el ser didácticos.
Ser simbólico-Cassirer
Ernst Cassirer (1), por ejemplo, sostiene que el hombre es un ser simbólico, distinguiéndolo del resto de las especies, por su capacidad interpretativa. Dado que el entorno funcional tuvo cambios cualitativos y en este sentido el hombre ha logrado adaptarse a su ambiente, el artista, logra encontrar el método al que se refiere el autor y, a través de lo que Cassirer llama “sistema simbólico” logra interpretar esa realidad experimentada y plantearla en la obra ya que es parte de un universo simbólico que supera a su mundo físico, conversando consigo mismo para conciliar su mundo físico y simbólico dejándose envolver por formas lingüísticas o imágenes artísticas por medio de la interposición del medio artificial.
Cassirer, destaca que el hombre está dotado de un pensamiento simbólico en el que se basa todo progreso de la cultura.
El autor afirma que el hombre no puede vivir su vida sin expresarla y por este motivo encuentra medios que sobrevivan a su existencia individual y efímera, de este modo el artista plasma parte de sus vivencias, en el muro permitiendo que su experiencia vital lo sobreviva
El artista logra conciliar por medio de su obra las tensiones entre lo tradicional y reproductoras como pueden ser las paredes en blanco, los formatos-clásicos- de información y formación gráficos -diarios, manuales, etc- y las fuerzas creadoras, que logran romper esos esquemas rígidos. Y afirma Un verdadero artista hace época.
La cultura me hace ver el horizonte donde instalo mi existencia (Rodolfo Kusch)
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Cultura: “todo es cultura”, el artista como mediador-Kusch; Autor y lector modelo-Eco
En tanto, el filósofo Rodolfo Kusch, (2) plantea que todo es cultura y asegura que el individuo logra prolongar sus costumbres a travès de ella.
En ese sentido, aprovecha para citar a Spranger que entiende a la cultura como una complementación orgánica para el individuo, como parte de su sistema. El individuo y la cultura como un todo.
Siendo apreciada por el observador que absorbe la obra y es por eso que se podría decir que el individuo consume o aprecia una obra cuando esta tiene una significación especial. Y es este sentido se puede señalar que no necesariamente el observador debe “adherir” a las ideologías o perspectivas del autor. Puede, por caso, disentir pero, el solo hecho de que el observador tome posición de tal analizando la obra para criticarla (ya sea a favor o en contra) es porque esa imagen representa algo para él, tiene una significación.
Momento en el que se supone una caracterización de las "interpretaciones" acerca del artista por medio del contenido y el estilo del autor y es ese mismo contenido el que aporta las actualizaciones que requiere el observador para poder apropiarse de la obra. La interpretación, juega un papel importante la competencia-a la que hace referencia Umberto Eco (3) donde el autor del mural plantea imágenes que el “observador modelo” debe reconocer, entender y apreciar.
Kusch plantea que el creador no es màs que un vehículo, un mediador de una totalidad. Podría hacerse una analogía con el caso de “Martin Fierro” (algo que propone el autor), para entender la obra mural , que se analiza en este trabajo, y entender que la obra concreta al individuo como hombre. A través de ella le dice en qué medida la necesita para ser humano.
De este modo el artista recobra con un símbolo local la humanidad del observador. Recobra temas de la realidad latinoamericana, en el caso de Sudakas, o de realidad social, nacional, y representativas de los pueblos originarios, en el de Tupác Amaru.
Quizás por esto del mismo modo en el que Cassirer plantea que la del hombre es una sociedad de acción, de pensamientos y sentimientos, Kusch entiende al artista como gestor siempre popular. Entendido como parte de una comunidad, de la que no puede ser indiferente.
Se podría afirmar que ése es el motivo por el que un artista recurre a plasmar una realidad, precisamente porque no se puede mantener indiferente a las experiencias que vive en el lugar que habita, tal y como lo plantea Kusch el sujeto cultural toma al sujeto biográfico como potencialidad.
4) ENTRE-VISTAS.
Dos perspectivas, acerca de un mismo estilo artístico(entrevista a Juan Pablo Kinsfater y a Noelia Rivada)
La técnica mural, ya sea por el contexto en el que se pudo desarrollar o por los materiales, varió a lo largo de la historia por este motivo es importante tener en cuenta distintas visiones representadas los estilos de cada artistas.
Juan Pablo Kinsfater, artista plástico del Instituto Universitario Nacional de Arte(IUNA) con ideología marcadamente social y definidamente política, ya que Juan Pablo profesa el credo rastafariano, su arte refleja su formación, ya que es hijo de profesionales, y su lucha cotidiana entre sus ideales y la ideología predominante, de un mundo-en general- anglodependiente y europensante.
En tanto Noelia Rivada, , artista plástica e integrante del grupo de arte “La Tapa”, define su estilo como infantil y reconoce que, al momento de crear, prefiere plasmar una idea. No le gusta vincularlo con cuestiones políticas.
Juan Pablo Kinsfater explica la técnica de mural es milenaria. En el caso de Argentina, por ejemplo, en el sitio arqueológico de la cueva de las manos en la provincia de Santa Cruz, podemos remontarnos a unos trece mil años aproximadamente. En aquellos momentos los murales expresados sobre cuevas de rocas no eran considerados como una “expresión artística” sino más bien como parte de rituales y relatos de lo sucedido en aquel tiempo o en un tiempo más antiguo aún, lo cual arraiga y denota una cosmovisión del mundo profundamente Mística y mitológica.
A la vez ,Juan Pablo intenta definir los estilos que tuvo y tiene la técnica-mural y afirma para comprender el recorrido de los diversos estilos artísticos en la historia de la humanidad, podemos comparar la historia de cada uno de ellos con el movimiento de un péndulo; los estilos aparecen en un momento de la humanidad, luego desaparecen momentáneamente, posiblemente luego de miles o cientos de años, retornan. Acerca del uso del arte mural hoy en día sostiene es utilizado como expresión artística por personas en cualquier situación económica-social. El graffiti, tanto sus principios en Estados Unidos, como también en Buenos Aires, es un estilo con raíces urbanas que se puede observar en paredes de las ciudades a nivel global y trae consigo mismo una actitud e ideología que va más allá de un simple estilo, generalmente contestatario frente al status- quo.
Sobre la uttilizacion del espacio publico Kinsfater sostiene la obra mural, generalmente, al ser explayado sobre un soporte no propio situado en las calles o en algún lugar púbico, acompaña la inmediata atención de las personas que transitan por aquel lugar donde se está realizando; es observado de modo directo ,sin necesidad de que se exponga en algún salón elite de Artes visuales o que sea difundida por medios tecnológicos de comunicación audio-visual como la televisión o el Internet.
El mural es una obra pocas veces movible y forma parte de la identidad del contexto en el que es elaborada; a veces los observadores la hacen suya, la decodifican y reflexionan ante ella cada vez que la observan.
Respecto de la utilización de los materiales, que requiere esta técnica Pablo asegura que varían según la superficie en que se realice el mural. Generalmente uno acude a las limitadas posibilidades de espacio que se pudieron obtener.
Personalmente, dependiendo del tamaño en que se haga el mural se puede decidir que elementos usar, que tipo de pintura o aerosol en el caso de hacer un graffiti. Dependiendo de la billetera de cada uno o del capital que se disponga.
Generalmente previo al inicio de la obra se recubre la superficie sobre la que se va a pintar con color blanco o en algunos casos negro si en la obra predomina la oscuridad, para que se tapen en los colores que antes la superficie contenía y no influyan en las formas que se van a generar. También se hace para impedir el traspaso de la humedad, ácidos y hongos de la pared hacia el mural. A diferencia de otras superficies, en un mural se puede tener en cuenta a veces que la obra puede durar poco tiempo y aquello repercute en la manera de proyectarla y los materiales que se usaran.
Teniendo en cuenta lo planteado por Kusch sobre la apropiación de la obra, que hace el sujeto Juan Pablo responde sobre las expectativa que tiene respecto al observador es que la obra provoque introspección, que cada quien que la observe. Sin insultar al observador a nivel visual, que la obra genere un cambio aunque sea mínimo en su día o idealmente en su vida. Que la obra sea observada y provoque un sentimiento positivo, ya sea de o de cambio y autocrítica, más allá de que el mural pueda ser aceptado o rechazado, es un logro personal. También es alentador cuando una obra se conserva durante mucho tiempo como parte del contexto, conformándose así como parte de la identidad del lugar.
Ante la consulta sobre las críticas respecto que su obra el artista asegura que cuando el observador rechaza mi obra con un fundamento no lo tomo a mal, ya que lo que hago no está hecho para que todo el mundo lo adule y ame, sino que es la manifestación de un pensamiento e idea; y tengo en cuenta que no todos pensamos igual. Sin embargo provoca molestia cuando el mural es borrado o escarchado sin sentido alguno.
Con una postura artística e ideológica distinta a la de Juan Pablo, Noelia Rivada, confiesa que mural es una forma de decir algo en publico, es mostrar lo que se hace en la calle.Y reconoce yo personalmente considero una mural interesante cuando tiene algo que decir, cuando se justifica que este ahí. Comencé mi grupo de arte, haciendo pegatinas en la calle, creo que es una forma de marcar territorio, el graffiti comenzó de esa forma.
En cuanto a la utilización del espacio público Rivada afirma nos piden que pintemos en casas o eventos. En eventos pintamos en vivo y es como la atracción. Y en las casas, nos ceban mates.
Sobre el manejo y relación con los materiales dice elijo como técnica, pintar con pincel, utilizo latex, creo que es una relación más directa, aunque asegura que depende también del tiempo que tengas para hacer el mural. Para Noelia el mural hace que me anime a plasmar ideas que no estaban premeditadas. Dejas el cuerpo.Tu cuerpo se acomoda para pintar, siento que me uno a la pintura. Hablo mientras pinto, a veces se acercan las personas y te consultan, o simplemente miran. Genera una reacción. Busco una reacción. No me gusta que pase desapercibido.
Sobre el estilo que l define Noelia asegura que su estilo tiene un público definido, es naif, tengo una impronta infantil, y eso me condiciona.
Algo está pasando(*) en la Tupac Amaru
La Agrupación Tupac Amaru es una organización barrial definidos objetivos sociales ya que se abocan a brindar salud educación y viviendas a los sectores más descuidados.
Surgida a fines de los años noventas, impulsada por la grave crisis que sufría el país, la agrupación salió adelante gracias al sistema de cooperativas.
Su gestora, Milagro Sala, fruto de una vida durísima, que finalmente llevo a que a sus jóvenes 18 años la privaran de la libertad, en una cárcel de mujeres, donde lejos de abatirse por las circunstancias, Milagro tomó impulso y con coraje logró, mediante huelgas de hambre, que los reclamos de las reclusas fueran escuchados. Este fue el primer paso que la convertiría luego de más de una década en una figura admirable.
Quizás su lucha sin pausa causa resquemores en algunos “acomodados” sociales sin embargo quien se acerque a, por ejemplo la sede de Capital Federal, de calle México, un sábado por la tarde puede escuchar a algunas “chatas” dar un par de bocinazos o un cartonero, que mientras lleva su carga, traccionandola, exclama, a quien sea que esté en las puertas de la sede “¡saludos a la flaca!”, en referencia a Milagro Sala. Esto deja en evidencia el rol social que tiene la agrupación.
Caro de Padova, fotógrafo y actual encargado de la sede de Capital Federal explica cómo surge, en la agrupación, la idea de utilizar el recurso de los murales
La idea de los murales surge de los compañeros, como un modo de expresión artística, donde se mezcla lo lúdico y lo creativo con el fin de transmitir a partir de alli nuestra lucha y nuestro compromiso social.
Dado que la agrupación tiene un rol social muy importante en los sectores más relegados la temática de los murales, asegura De Padova, tiene que ver con nuestra acción hacia el medio, con el compromiso social , forman parte de la cotidianeidad, y en ese día a día no sólo son reclamos, muchas veces representan festejos y alegrías compartidas. Como se realizó en la actividad realizada haces días en Parque Lezama, donde lo que se hizo fue pintar las gradas del anfiteatro con las banderas que conforman La Patria Grande.
Con respecto al espacio público utilizado por la agrupación, asegura algunos de los murales están dentro de nuestros barrios, caso Alto Comedero en Jujuy, otros en nuestros lugares de trabajos en nuestras fábricas. Además de realizarlos en espacios públicos, así sea plazas o en sitios donde pueda reflejarse nuestra cultura a través de lo artístico nuestra sede.
Dado que la Tupac Amaru funciona, en general, el sistema de cooperativa y sus actividades están marcadas por una impronta de cooperación en nuestra Organización no está delimitado de un modo estructurado quien se ocupa de realizar los murales.Por ejemplo, un compañero viene con la idea y se suma a participar pintando o no, podría suceder que otro compañero se ocupe de ello. Lo que sí está claro es, que cualquiera de ellos con tener la intención y la necesidad de expresarse puede hacerlo. En general funcionamos así, si bien hay actividades con responsables, cualquiera está donde haga falta, si así lo desea.
La intención es la de expresarnos y no de cualquier modo, sino a través de nuestra mística Tupaquera
Ante la pregunta sobre los destinatarios de los murales Caro, asegura que cuando el mural tiene que ver con un reclamo social sí hay destinatarios puntuales, aunque en otros casos no. Tiene que ver más con el espíritu del conjunto y con lo que se quiso pintar, y allí ya no hay un destinatario determinado, sólo aquel que disfrute con la obra.
Debido a que, erróneamente, se vincula a la Tupac Amaru con el gobierno actual, más precisamente con el Kirchnerismo, la agrupación en varias oportunidades es blanco de represalias de grupos partidarios o ideológicos. Es así que estando en la puerta de la sede de calle México, se puede ver cómo, en cualquier momento del día, pasan autos polarizados en los que se logra ver una mano sosteniendo una cámara de fotos que dispara sus flashes hacia quien esté en la vereda del local, en ese momento. Los miembros de la agrupación ya lo toman como parte de su día a día. Y, por este motivo ante la pregunta sobre si tuvieron, en Capital Federal repercusiones negativas, Padova asegura que si bien no las tuvieron, ocurrió en una ocasión que empleados de Macri nos blanquearon un mural y los vecinos se encargaron de avisarnos. O sea, que no sólo no fue negativo, por la respuesta de los vecinos, sino que fue bueno.
¿Cómo respondió la organización? cuando aún la gente de Macri no se había quitado su uniforme, nosotros ya habíamos vuelto a realizar el mural y si por caso lo hubiesen vuelto a borrar, otras tantas veces lo hubiésemos vuelto a realizar. Esa es la mística tupaquera.
(*) la expresión hace referencia al documental audiovisual sobre la historia de la agrupación, que cuenta con testimonios de Estela de Carlotto, Adriana Varela, entre otros.
entrevista a simplemente miran. Genera una reacción. Busco una reacción, no me gusta que pase desapercibido. Si, creo que mi estilo tiene un publico definido, es naif, tengo una impronta infantil, y eso me condiciona. Mi arte no es político, plasmo una idea, pero no me gusta encasillarme.
Nos piden que pintemos en casas o eventos. en eventos pintamos en vivo y es como la atracción... y en las casas nos ceban mates.
Red Sudaka: muralismo popular
Entrevista con Leonardo Martínez, de la red Sudaka. Muralismo y política en las paredes porteñas.
-¿Qué hace la red Sudaka, cuando empezaron?
-Somos un grupo de militantes que nos juntamos con el tema sobre todo después de la 125 en 2008. Hicimos actividades en nuestro barrio, en el centro. Son actividades culturales. Este sábado hicimos un mural bancando la revolución bolivariana de Venezuela, junto a compañeros venezolanos. Nosotros hacemos actividades en la Comuna 15. El sábado vamos a hacer una actividad recordando la Noche de los Lápices.
-¿Cómo fue que se contactaron con gente de Venezuela?
-Fuimos convocados a un encuentro en el Obelisco para bancar la revolución bolivariana. Quedamos en contacto con un grupo de Venezuela. Vamos a trabajar en actividades en el marco de la campaña de Chávez en Argentina. Esto fue en San Juan y Ceballos, en Constitución, cerca de la facultad de Sociales.
-¿Cuál es la recepción de los vecinos?
-Siempre son murales participativos. Lo realizamos con una técnica que nos permite que pinte cualquiera. Por eso pueden participar los vecinos. Las jornadas son muy interactivas.
- ¿Utilizan stencil?
- especificoEl stencil es una de las herramientas con las que empezamos. Con consignas claras. Se puede hacer con una radiografía y un aerosol. Es muy fácil.
-¿Cuáles son sus referencias ideológicas, políticas y artísticas?
-Nuestro referente cultural es Ricardo Carpani. Nuestro tema de laburo son temas políticos de coyuntura o de mediano plazo. Los trabajamos en el colectivo y lo definimos. En términos políticos nos identificamos con la militancia de Cacho El Kadri. Discutimos mucho qué vamos a pintar en la pared. Es un proceso muy lindo, colectivo. Se abre la discusión en todos los murales. Entre todos definimos la consigna. Laburamos con pintura de latex al agua. Es un material barato, cómodo.
-¿Los murales se mantienen o son tapados?
-Nosotros tenemos murales hechos en muchos lugares. En general quedan. Hicimos murales gigantes, en varios puntos de la ciudad. Todos se respetan. No nos taparon ningún mural. Ahí en Parque Centenario, por ejemplo, recuperaron todo un edificio pero mantuvieron nuestro mural de Rodolfo Walsh. Fue muy gratificante eso.
Fer
5) Conclusión:
El muralismo de organizaciones sociales es una muestra de semiosis, según la definición de Eliseo Verón (4) (un fenómeno social en cuanto a producción de sentido), en el que no es necesario indagar, desmenuzar mucha cáscara para llegar al corazón de lo que se quiere transmitir. O por lo menos, de lo que se quiere transmitir en primera instancia. A diferencia de otros materiales sensibles, en los que el estudio requiere mirar con una suerte de microscopio, para después lograr abarcar el todo en una definición globalizadora (como por ejemplo,, los cantitos de una marcha callejera espontánea o un trending topic de Twitter), el mural de las organizaciones que se han analizado en el presente trabajo se fijan, de antemano, el objetivo de producir un sentido dado que haga llegar el mensaje que ellos quieren a la comunidad, y a la vez, que refuerce la propia identidad.
En los ejemplos citados anteriormente, el sujeto generador de semiosis, no percibe una necesidad de identificarse con los demás detrás de un “estandarte” único. Simplemente se manifiesta y luego, llegado el caso, buscará la forma de explicarse a sí mismo qué lo une a esos otros twitteros o manifestantes. Por el contrario, Tupac Amaru planta una bandera con una cara hacia afuera (la comunidad) y otra hacia adentro (los miembros de la organización): es lo que Caro de Padova define como una “mística tupaquera” ¿Y quien va a retroalimentar esa “mística” si no es el propio grupo? De esa dualidad es que sea tan interesante estudiar los procesos semióticos de grupos politizados como estos, en los que la semiosis va por dos carriles, que en realidad son el mismo según quien lo mire: manifiesto e identidad.
Por eso es tan medular la advertencia de Ticio Escobar (5) a agrupaciones como las que han ocupado nuestro interés: en ese doble juego, no hay que dejarse llevar por un “fetichismo de la identidad”, no dejar que la definición de una identidad se vuelva LA lucha prioritaria, porque el colectivo corre el riesgo de fusionarse con el sistema, o, recurriendo a una referencia hollywoodense: volverse parte de la Matrix. En lugar de ser una anomalía que sacuda los cimientos del sistema, o al menos que inicie un efecto “bola de nieve”, el grupo obsesionado con la explicación a los propios de lo que se ES, se vuelve una expresión de rebeldía tolerada por el sistema, incluso necesaria ya que funciona como “válvula de escape”. Volviendo a la referencia filmográfica, es lo que el agente Smith le explica a Morfeo, con otras palabras: “si los sometidos tienen la ilusión de elegir, de ser libres, incluso de ser transgresores, la matrix funciona mejor”.
Algo parecido dice Mario Casalla (6), cuando advierte el riesgo de caer en el “Folclorismo”, como parte de una “universalidad abstracta”, según la concepción liberal-occidental de la diversidad inocua, en la que cada cual ocupa un lugar en la paleta de colores, religiones, grupos políticos, etcétera. Pero la lógica de mercado es la que atraviesa a todos. El folclorismo, es funcional a esa hegemonía.
En síntesis, el muralismo según lo entienden Tupac Amaru y Sudakas es una forma de expresión cargada de simbolismo, en la que se aprovecha cada centímetro de muro para dejar bien en claro, sin ambigüedades, un mensaje claro que -vehiculizado a través de una experiencia pictórica- genera sentido y que persigue, en el caso de los grupos estudiados, diversos fines, varios de ellos de alta -o mejor dicho, evidente- carga política:
-Despertar conciencia sobre la existencia de una cultura invisibilizada por el poder desde la misma conquista europea del continente.
-Desafiar la propiedad privada de las paredes e ignorar los parámetros del uso del espacio público según lo entienden las instituciones y el Estado.
- Rescatar referentes subestimados (como Tupac Amaru) o apropiarse de otros conocidos pero diluidos por la historia oficial hasta tornarlos en estatuas sin ideales, objetivos y posicionamientos políticos (San Martín, por ejemplo).
-Modificar el paisaje urbano, acercarle al habitante urbano o al visitante la posibilidad de apreciar una obra artística en un lugar inesperado.
Estos objetivos están todos atravesados por una búsqueda que se realiza a través de la semiosis: la de la identidad, tanto aquella que se quiere mostra hacia el exterior como la que se quiere exhibir ante los propios de manera de cohesionarlos.
6) Reflexión abierta, cuestiones para seguir desarrollando, debate, interrogantes, etcétera. En esta instancia el alumno ya puede volcar su propio discurso, sus observaciones, sus interrogantes, sus preguntas abiertas, etcétera.
Como reflexión, el trabajo de estas organizaciones, sobre todo, el de Tupac Amaru, nos puede permitir analizar la cuestión de la política como algo que se puede “evitar”, como pretende un cierto discurso que pretende que se puede mantener un mensaje despojado de política. Esto, porque es conocida la asociación del movimiento TA con los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner. Lamentablemente, para una parte de la sociedad, la sola mención de este dato basta para descartar la totalidad de la tarea de los tupaqueros: murales, acción social, presencia en la comunidad...todo. Vale la pena detenerse a analizar la relación con la política, sus motivos, y más en general: si es posible la asepsia política.
Existe un prejuicio enquistado en una parte de la sociedad argentina de que la política de por sí, de antemano, es algo malo. Se puede percibir eso al escuchar muchas justificaciones previas a la hora de formular, precisamente, un manifiesto de carácter político. En los mensajes de los oyentes de radio, que aclaran antes de decir lo que sea: “yo soy apolítico, pero…” o “nunca estuve en la política, pero esto…”, entre muchos otros ejemplos.
Estos sujetos que se auto-presentan como no políticos, cuando ven los resultados de la acción de una organización que ha sincerado su filiación política, o que ha dejado patente su identificación con un proyecto político, no pueden aceptarlos en cuanto a lo que son a primera vista (un mural que le aporta color a las escalinatas de una plaza, por ejemplo) sino como parte de un plan macabro que sirve un fin vil, el cual invalida el acto primero, hasta el punto de no poder siquiera apreciar el cambio operado en el espacio público debido al agente que lo llevó a cabo. Se apoyan en una lógica que sostendría, ante el descubrimiento de un mural pintado por Tupac, algo como: “quedaron lindas las escalinatas, pero como las hizo Tupac...no me gustan”.
El “pero” en esos ejemplos anónimos pero reales (basta con encender la radio y esperar a que llegue la sección de mensajes de oyentes grabados) es lo que indica que, en realidad, el sujeto es consciente de que va a tomar partido, que va a adoptar una postura que sabe que es política, que sabe que será una cosa y no será otra. Pero el emisor no desea que su opinión pueda estar manchada con política, a la cuál parecerían entender como “filiación partidaria”, “pertenencia a una gestión de gobierno”. La indiferencia o apatía hacia la organización política o hacia los políticos no equivale a decir que ellos no “hagan política” con muchas de sus opiniones, actos, discursos.
Cuando un taxista dice “no me interesa la política, pero tendría que venir un gobierno que reprima a los que cortan las calles”, está formulando una declaración de neto corte político, porque el cree que el derecho de circular con su coche está por encima del de protestar de los que manifiestan, porque le da bronca que eso suceda, porque expresa el anhelo de tener “un gobierno” que elimine esas manifestaciones. Cuando se está de acuerdo o en desacuerdo con una decisión gubernamental, ese posicionamiento está basado en convicciones, creencias, valores, elementos que configuran una identidad política. Esta última definición le cabe a cualquier persona, y así como “todo comunica” según la definición de semiosis de Eliseo Verón, también se puede afirmar: “todos hacemos política”, aunque se crea que es posible mantenerse al margen de la misma. En todo caso, lo que hay es una resistencia a ponerle una identificación, un nombre a ese conjunto de valoraciones, a diferencia de los grupos que son objeto de nuestro estudio.
Teniendo en cuenta esta definición, ¿por qué se va a condenar a las agrupaciones por simpatizar con un gobierno que les ha dado respuestas que ellos mismos, las organizaciones, han evaluado como satisfactoria? En este mismo plano se puede comprender el acompañamiento de organismos de Derechos Humanos como Madres o Abuelas de Plaza de Mayo...si desde la aparición misma de estos grupos reclamaban Verdad primero y Justicia después ¿por qué se las puede fustigar por expresar simpatía por un gobierno que avanzó en ese sentido? No es necesario hacer un gran esfuerzo analítico para darse cuenta de que: de no ser recibidas por las autoridades a ver anuladas las leyes de impunidad hay un gran trecho y una distancia abismal con respeecto a gestiones previas a la actual, medible no en palabras o declamaciones sino en HECHOS: los desaparecidos no son recordados únicamente con discursos que glorifican la democracia, sino que sus verdugos enfrentan tribunales y van presos. ¿Ante este cambio buscado por Madres y Abuelas, porque habrían de mantener una total neutralidad, por qué habrían de no sentirse más cerca de la Casa Rosada de lo que nunca antes se habían sentido?
Volviendo al taxista del ejemplo anterior...suponiendo que llega un partido al gobierno que lanza a las fuerzas de seguridad sobre cada corte de calle, de puente, de ruta y despeja esas vías de circulación utilizando incluso la fuerza, el taxista vería satisfecho su anhelo expresado al calor de una realidad anterior. Y podría convalidar con su voto al partido político que ha satisfecho esa demanda, de manera que su encuadramiento político (si bien no partidario porque no está afiliado) emerge de manera evidente.
Como se ve la tan menospreciada “politización” es inherente a todos, incluso a los que pretenden ser considerados como “apolítico”. Tupac Amaru y Sudakas lo tienen bien claro.
7) Vincular con lo profesional.
La elaborada construcción de una identidad de estas organizaciones, a través de un mensaje cargado de simbolismo y sin ambigüedades en lo referente al posicionamiento y a la manifestación de los propios valores y a la denuncia de lo que consideran condenable, permite al comunicador, periodista y/o locutor replantearse la ponderada objetividad, neutralidad, imparcialidad que supuestamente es deseable en esta ocupación.
Los manuales de estilo del periodismo desde hace más de un siglo predisponen tanto al público como al comunicador o estudiante de periodismo a aspirar a una prescindencia a la hora de informar que hace al imperativo de la objetividad. Al haberse corrido del protagonismo, eliminando la primera persona y disimulando la opinión, la prensa convencional logró adquirir una reputación y una credibilidad que permitió a esos medios invisibilizarse como generadores de sentido, y presentarse como un simple espejo de lo que pasa, como un medio entre una noticia dada y el público, sin participar en absoluto en la semiosis.
Pero en los últimos tiempos el contexto ha forzado a todos a tomar partido. Los debates que se han motorizado al calor de políticas que inevitablemente iban a despertar apoyos y rechazos, han tornado casi imposible la fachada de “a-politicización”, que tuvo su apogeo en nuestro país durante la década del 90, en el marco de un mundo post-Guerra Fría en el que ya no tenía sentido participar, ni militar, ni identificarse como miembro o simpatizante de tal o cual fuerza o proyecto político.
De esa forma, ante la amenaza de perder privilegios y negocios, los medios de comunicación privados (que no hay que olvidar: son empresas) comenzaron a hacer lo que hace cualquier sector económico para promover y defender sus intereses: hacer lobby. La diferencia es que en el caso de la prensa, el lobby no se hace a través de federaciones, cámaras, cenas anuales o pedidos de audiencia con la Presidenta. No, el lobby se realiza a través de las páginas de los diarios, de los micrófonos de las radios y de las cámaras de televisión. Pero en algunos casos fue tan poco disimulada la preeminencia del contenido de operación por sobre el periodístico, que muchos receptores...perdieron la veneración hacia esos medios y los VIERON, de la misma forma que uno se olvida de que tiene los anteojos puestos hasta que los cristales se ensucian o empañan.
En este marco, hay algunos comunicadores que decidieron abandonar la presunta neutralidad y sincerar sus posiciones, de manera de no confundir ni a sus lectores, ni a sus críticos. Siguen informando, pero lo hacen sin que deje de aparecer el propio abanico de valoraciones. Creen que no están estafando al lector, sino que le están advirtiendo de dónde viene lo que están recibiendo, para que nadie se queje de lo que se le prometió pero no se le entregó. Pero por el contrario, existen muchos en la profesión que se identifican en la vereda opuesta en cuanto a ser objetivos e imparciales, aún haciendo afirmaciones de corte político evidente, condenando políticas de antemano basándose en preconceptos, divulgando las convicciones como si estuviesen leyendo el despacho recién salido de una cablera.
Por eso sirve, como comunicador o periodista, pensar en la honestidad de Tupac Amaru y Sudakas, que si bien no hacen periodismo, sí están comunicando algo sin temer pintarlo del color político con el que se identifican. Pero ésto, cómo decíamos antes, no amerita elogios sino todo lo contrario por parte de ese ciudadano imaginario que rechaza la obra a priori por considerar que sus autores están “haciendo política”. Y eso, el ciudadano imaginario lo afirma con una copia de Clarín bajo el brazo, al que erróneamente considera la antítesis de “hacer política”.
No se puede ser neutral todo el tiempo. No se puede ser objetivo con todos los temas. Y esto es humano. Los trabajadores de medios de comunicación privados podrían aprender algo de los muralistas y sus obras en cuanto al sinceramiento sobre las posturas políticas y/o identificación con un líder o idea.
NOTA PERIODÍSTICA
Poniendo el arte y un mensaje en los ojos del transeúnte
Los murales de organizaciones sociales se están ganando un lugar en el paisaje de Buenos Aires, una ciudad cada vez más amigable con las expresiones pictóricas callejeras. Sin embargo, las obras de grupos como “Tupac Amaru” o “Evita” buscan algo más que un fin decorativo.
La relación con el espacio público es una cuestión candente en nuestro país desde la crisis de 2001. Los movimientos piqueteros fueron los primeros en cuestionar el orden precedente en cuánto a cuál es el lugar de la calle y qué es lo que se puede hacer en ella. Así, durante la última década, y al calor de la decisión gubernamental de no reprimir esas manifestaciones, tanto los grupos organizados como los ciudadanos agrupados espontáneamente se apropiaron de los espacios públicos sin pedir permiso cuando tenían que decir algo.
Manifestaciones, protestas, el regreso de los carnavales y las murgas, las actividades culturales gratuitas callejeras marcaron este nuevo tiempo, que alcanzó su maduración en las históricas y multitudinarias celebraciones del bicentenario en Buenos Aires. Además, la ubicación de la capital argentina como un destino ineludible para el turismo mundial, hizo revalorar a la ciudadanía su propio ambiente y su entorno, y es en este marco que aparece el movimiento graffitero y el muralismo aportándole un nuevo elemento al paisaje urbano porteño. Lejos de ser objeto de la persecución policial, estas expresiones son permitidas en incluso fomentadas por las autoridades.
Este tipo de arte que transforma las paredes en lienzos, es un ejemplo de otra forma de ver el mundo en el que la linealidad y la unicidad del sentido ya no son la regla, tal como lo explica el teórico italiano Gianni Vattimo. Para él, las nuevas tecnologías han habilitado la ambigüedad, la ambivalencia y el caos, ninguna de estas dimensiones entendidas como algo negativo, sino más bien todo lo contrario. Esto permite salir de la unicidad de las explicaciones finales, superar la pretensión de alcanzar, mediante la sumatoria de verdades científicas UNA verdad universal. Vattimo denuncia esto como una rémora del positivismo, y se alegra que la “telemática” (el nombre que le da en 1990 a lo que vislumbra serán las TICs 20 años más tarde).
El muralismo es un elemento que motoriza esa ambigüedad deseable propugnada por el italiano ¿Por qué? sale de la lógica que el arte pictórico, los cuadros, las obras plásticas son algo que uno va a admirar al museo o a las exhibiciones. Las obras en las paredes, en los muros, en las verjas, interpelan al peatón, al automovilista, al pasajero y le ponen en la cara una obra. Lo agarran desprevenido, lo sacan de su rutina y lo colocan en una situación de apreciación fuera de un ámbito “artístico” como es un museo, al que por cierto, muy pocos tienen acceso, sean por motivos económicos, o bien por preconceptos.
Esta corriente artística puede perseguir un motivo exclusivamente decorativo, lúdico o bien intentar trascender con otro tipo de mensaje, político o social, tal es el caso de las obras de organizaciones como Tupac Amaru o JP Evita.
De alguna manera, estos colectivos al presentarse al público a través de sus murales, también están construyendo la propia identidad, y es interesante recordar lo que señala el autor Mario Casalla con respecto a la tensión que puede darse en ese proceso, ya que las agrupaciones que están intentando darse una identidad correr el riesgo de incorporarse a la estructura como un simple reflejo “folclorista” de lo que realmente quieren ser: actores centrales que participan activamente de la batalla por la construcción de sentido. De exagerar las facetas particulares de cada agrupación, se puede caer en esa categoría, que el sistema asimila con facilidad. Se tornan inocuas. Al decir de Ticio Escobar, la definición de una identidad no puede volverse la lucha de un colectivo, desplazando a objetivos más amplios como despertar conciencia, obtener mejoras para una comunidad, acabar con ciertas injusticias.
De ahí la importancia de la acción de JP Evita en su relación con la comunidad al momento de diseñar un mural. Ellos hacen participar a los vecinos de la zona en la que se va a pintar la obra.
También en el caso de la otra agrupación a la que nos hemos abocado -Tupac Amaru- aparece la fuerte voluntad de marcar una personalidad o una identidad, algo que recibe otro nombre en el relato de la organizadora Caro de Padova: “La intención es la de expresarnos y no de cualquier modo, sino a través de nuestra mística Tupaquera”.
Esa “mística” no es otra cosa que una identidad autopercibida como una misión, como algo que trasciende la mera descripción técnica (una organización político-social) para ir hacia algo más inabarcable, más inasible, como lo es “la mística”. Y aquí volvemos a la valoración positiva que hace Vattimo del caos y la ambigüedad como elementos liberadores, para que las personas dejen atrás las categorías y compartimentos cerrados y se abran hacia una concepción transversal e intertextual (de ahí la importancia de Internet, que permite una lectura horizontal y autoprogramada, en lugar de una vertical e impuesta).
Es de celebrar la actitud de Buenos Aires hacia los murales y los graffitis, a diferencia de otras ciudades del mundo en las que estas manifestaciones son profundamente inaceptables, y perseguidas implacablemente por las autoridades.
Basta con hacer un ejercicio mental: ubicarse en un tiempo futuro, en el que una civilización ajena a la nuestra, despojada de conocimientos sobre nuestra cultura, descubre los vestigios de nuestra ciudad. Preguntémosle a ese explorador del año 4000 si le interesa conocer las expresiones plásticas de esa comunidad, no sólo aquellas fomentadas, patrocinadas o realizadas por el Estado (como carteles, estatuas, monumentos, etcetera) sino también las de grupos externos a lo institucional o incluso anti-institucional. No hace falta imaginar mucho, porque la respuesta la tenemos en cualquier estudioso de una cultura antigua hoy: y la respuesta es un contundente sí.
Los murales brindan además la oportunidad de apreciar el entorno con ojos de turista en la propia ciudad, una actitud que se puede aplicar también a la arquitectura, al paisaje urbano: permite una reapropriación, una resignificación de la ciudad, rebelándose contra el presupuesto de “la ciudad donde se vive es para trabajar, para admirar voy afuera”.
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